A defender al IESS frente al próximo gobierno

A defender al IESS frente al próximo gobierno

El Ecuador asiste a un nuevo proceso electoral, en el cual deberá elegir entre el “progresismo” conservador de Andrés Arauz y la derecha neoliberal de Guillermo Lasso. Indistintamente de cuál de los dos resulte electo, los sectores sociales organizados tienen una batalla anunciada frente a cinco principales problemas.

El primero tiene que ver con la exigencia del derecho a la vacunación, sin privilegios para cofradías y corporaciones como ha sido la tónica durante el gobierno de Lenin Moreno. Es urgente una vacunación equitativa, universal y expedita que permita generar condiciones propicias para afrontar la reactivación económica.

El segundo es la defensa irrestricta del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), frente a los proyectos de descapitalización del fondo de pensiones con intenciones abiertamente privatizadoras. No se puede olvidar que el atraco de la década durante el gobierno de Rafael Correa, fue perpetrado a través de la eliminación de la contribución estatal del 40% para el pago de pensiones jubilares, materializado cuando la Asamblea aprobó la mal llamada “Ley de Justicia Laboral” en abril del 2015.

El tercero es la lucha contra la corrupción y la impunidad, frente a lo cual la Comisión Nacional Anticorrupción ha planteado con claridad la constitución de un Sistema Nacional Anticorrupción como un esfuerzo integral para recuperar la moral pública. Ninguno de los candidatos tiene propuestas concretas sobre este tema que constituye una de las preocupaciones centrales de la población ecuatoriana.

El cuarto es la lucha por los derechos a la educación y a la salud, profundamente afectados por las políticas de precarización de lo público y de estrangulamiento de las capacidades estatales. La pandemia a agudizado la deserción escolar que, según UNICEF, llega al 21% con un repunte del trabajo infantil del 13%.

Finalmente, el quinto, es el fortalecimiento de la incidencia de las organizaciones sociales (sindicales, indígenas, de mujeres, ecologistas…), golpeadas por las políticas de cooptación, división y persecución de los últimos años.
Las reivindicaciones de las luchas sociales cobrarán más vigencia en el contexto del nuevo gobierno. Los problemas del país no se solucionarán el 11 de abril con la celebración ritual de la democracia representativa. Por ello es importante la organización y la acción en defensa de los derechos, la dignidad y la vida.

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