Efecto Lasso: Paro Nacional, racismo y represión

Efecto Lasso: Paro Nacional, racismo y represión

Wilson Ramos

El cronómetro no comenzaba todavía a contar los primeros 100 minutos de gobierno en los cuales se ofreció “…arreglar el desastre que hoy atravesamos. El Ecuador ya no aguanta más!”, que 24 horas posteriores al triunfo electoral de Guillermo Lasso, en las elecciones presidenciales del 11 de abril del 2021, subieron de precio los bonos ecuatorianos y el riesgo país cayó 345 puntos, así lo anunciaban los medios de prensa.

Empresas internacionales como J.P. Morgan que tituló a uno de sus informes “Ecuador: un soplo de frescura en la continuidad”; brókers de inversión, funcionarios de los organismos multilaterales de crédito, personeros de la banca nacional, entre otros,  ligados al ámbito financiero, saludaban este hecho señalando además, que el mismo obedecía al resultado electoral, mismo que inspiraba confianza a los inversores y en general al mundo financiero.

Políticos allegados al presidente electo, los simpatizantes de este, e incluso el periodismo, pasaron a calificar a este hecho como el efecto Lasso, así se acuño esta frase, con la que se buscaba resaltar todos los impactos que generaban la gestión del gobierno del Presidente de la República, Guillermo Lasso.

También se decía por esos días, que los mercados internacionales confían en el presidente Lasso, porque generaría seguridad política y un apego irrestricto a los acuerdos suscritos con el Fondo Monetario Internacional FMI, realizando para ello reformas que del gusto y bajo el concepto de este multilateral de crédito son estructurales, pues abordan los desequilibrios de la economía ecuatoriana; reformas laborales para mejorar la competitividad del país, cambios para  mejorar la sostenibilidad fiscal y que evitarían al Ecuador caer en default, reformas tributaria y a la seguridad social, entre otras.

Quienes operan en los mercados financieros nacionales e internacionales, así como una buena parte del sector empresarial, académicos y analistas económicos pro-mercado mostraban su regocijo por la llegada al gobierno de un presidente de esta línea; mientras que en la población en general si bien había cierta expectativa, la preocupación ante la posibilidad de que el modelo económico a implementarse por el nuevo gobierno afecte derechos, se mantenía.

Los 100 días

Tanscurridos los primeros 100 días del gobierno del presidente Guillermo Lasso, indicadores económicos que reflejaban el aumento de los depósitos en los bancos, el incremento de la demanda del crédito, los aumentos en las importaciones de maquinaria y materia prima, en la recaudación tributaria, el ascenso del índice de confianza empresarial, reforzaban el argumento del efecto Lasso, no así en el tema laboral, en donde el efecto Lasso, no se mostraba, así se promocionaba la gestión del nuevo gobierno por esos días, dejando de mencionar que los números de estos y otros indicadores económicos resultaban de un efecto rebote de la economía, reprimida por efectos de la pandemia en 2020 y 2021.

 Un año, el informe a la nación

Al cumplir su primer año en el gobierno, en su informe a la nación, el presidente Guillermo Lasso señaló que, “… gracias a las decisiones que ha tomado, lo peor de la tormenta ya ha pasado”, que su obra en este primer año ha sido el salvar la vida de los ecuatorianos con la vacunación.

En el plano económico, se limitó a mencionar sin dar detalles, tres cifras luego de decir que ha puesto orden habiendo desarrollado un eficaz  saneamiento de las cuentas fiscales y que por ello la economía ecuatoriana ya inspira confianza en el mundo y en actores económicos de inversión y de empleo, que la decisiva gestión que ejecuta,  está reduciendo agresivamente  el déficit del gobierno central  en 5 mil millones entre los años 2020 y 2022; que la economía presenta un crecimiento mayor al esperado 2,8%, termina el año con un 4,2. % de crecimiento; que somos el segundo país en Latinoamérica  con la inflación más baja y que la dolarización está ahora más sólida que nunca.

Nos dice que está orgulloso de este primer año, orgulloso de que ha salvado tantas vidas, pero de que también ha salvado al Ecuador del precipicio económico, que así como defiende la gestión del 1er año, también es el primero en decir que este es solo el inicio, “…poner en orden la economía del estado es solo el puente de partida para llegar al verdadero destino que nos espera con ilusión, con esperanza, ese destino es mejorar radicalmente la economía y el bienestar de los ciudadanos y sus familias donde ellos más las sienten en sus bolsillos, así como en los servicios.

En lo político luego de reconocer haber mantenido una relación no tan armónica con la legislatura y haber pensado en la muerte cruzada, ha concluido en que “… el Ecuador necesita ser gobernado y gobernado bien…”  y que “… un pueblo solo construye su futuro a través de grandes consensos mayoritarios”.

También hablo de lo que calificó como el renacimiento del agro , que ha estado limitado por falta de visión y liderazgo y que por primera vez se realiza el registro agropecuario para identificar hectáreas productivas, fuentes de agua, sistemas de riego, necesidades de semilla e insumos, que  hoy somos lideres en banano, cacao, brócoli, camarón, pero que con el registro estamos sentando base para ser también en otros, aguacate, pitajaya, cáñamo y otros, va a diversificar la agricultura con productos que muy pronto se multiplicarán en el Ecuador, siempre apuntando a mercados externos, con cariño hacia el campo.

Así, con un informe a la nación de su primer año de gestión, semejante a sus discursos de campaña, en el que más hay ofertas que realizaciones, salvo aquellas que están relacionadas con haber hecho los deberes que le exige el FMI, el presidente Guillermo Lasso, sale del salón parlamentario entre los aplausos de sus invitados y el de los mercados financieros nacionales e internacionales, dejando sentado el efecto Lasso en la burbuja de su entorno, pero evadiendo una vez más, hablarle al pueblo del impacto que tiene la política económica del efecto Lasso en el detrimento de la calidad de vida de los ecuatorianos que no están en su burbuja, estratos medios y populares para quienes no existen lo que el tanto pronuncia y oferta en sus discursos, oportunidades.

Evadió decirle al pueblo, que su eficaz saneamiento de las cuentas fiscales es una falsa reducción del déficit fiscal debido a su ejecución presupuestaria, que se refleja en hospitales que no son eficientes y eficaces en la atención que brindan, sin personal de salud suficiente para atender a los enfermos quienes esperan meses para acudir a una cita o para realizarse una cirugía, sin medicinas, sin insumos médicos; con escuelas, colegios, carreteras en mal estado; con meses de espera para obtener una cédula, un pasaporte; con cárceles que han sido tomadas por el crimen organizado debido al abandono del estado que dice no contar con los recursos para su control; con la angustia y miedo de una sociedad que vive atemorizada debido a una criminalidad que se toma las calles, en la Policía, varios de sus integrantes declaran no tener recursos ni para la gasolina menos aún para las llantas;  con la inversión pública destruida, nula; con  enormes recursos ociosos en reservas internacionales y una banca pública destrozada.

Evadió decirle al pueblo que le restó su capacidad adquisitiva para atender sus necesidades, al incrementarle el impuesto no sobre su renta, sino sobre sus ingresos.

Evadió reconocer ante el pueblo, lo perverso que es, alcanzar falsos equilibrios contables en las finanzas públicas a costa del bienestar de los ecuatorianos.

El Paro Nacional

Cuando sobre los hombros de la clase productora sobre la que pesa la más dura opresión económica se agrega aún el desprecio y el odio de que es víctima como raza, no falta más que una comprensión sencilla y clara de la situación para que esta masa se levante y arroje todas las formas de explotación”. José Carlos Mariategui

No hay, ni puede haber una “casa en orden” con la implementación de políticas económicas que a la población le empobrece, la desemplea, que le resta oportunidades para alimentarse, educarse, atender los quebrantos de su salud, que no tiene otra alternativa sino la de consumir agua de mala calidad y tener una mala nutrición; políticas que castigan sus ingresos, si es que lo tienen y que por ende agravan el presupuesto familiar, especialmente el de la población indígena, afro y de todos los pobres que suman el 39,7% de la población en el Ecuador.

No hay, ni puede haber una “casa en orden” cuando la política económica del encuentro solo tiene un encuentro con la angustia e inseguridad de cientos de miles de ecuatorianos que no tienen posibilidades reales para progresar, que viven pobres y excluidos, generación tras generación.

El diálogo infructuoso que mantienen las organizaciones sociales que agrupan y representan  al conjunto de gente pobre y excluida que ya no tiene ninguna capacidad de resistencia económica porque en su estado de pobreza y miseria ya no pueden más,  con un gobierno que no escucha, que permanentemente evade y no le interesa  dar respuestas, determina que el efecto Lasso sea un Paro Nacional Indefinido a partir del 13 de junio del 2022, convocado por  la CONAIE el 24 de mayo del 2022, respaldado y llevado adelante conjuntamente con la FENOCIN y la FEINE, apoyado por el FUT, así como otras organizaciones sociales que fueron sumándose conforme este se iba desarrollando en todo el país.

El 4 de octubre de 2019, la población indígena organizada en la CONAIE, se movilizó masivamente hacia la ciudad de Quito, con el fin de exigir al gobierno de ese entonces la derogatoria del decreto 883 que eliminaba el subsidio a los combustibles, esta movilización horas después sumaría la participación de las organizaciones sociales y populares, siendo la ciudad capital el centro de la protesta social.

Fueron 12 días de una protesta social que tuvo en las calles a trabajadores, estudiantes, moradores de los barrios populares, de los sectores urbanos y rurales, que se manifestaban en contra del decreto 883, fue una movilización que paralizó el país y que si bien fue diversa tuvo en la CONAIE el centro de la atención porque se presentaba más fuerte y organizado en ese momento, pero esta atención también le valió ser objeto del ataque racista de varios sectores.

A partir de octubre 2019 y bajo el argumento de no permitir que las movilizaciones indígenas vuelvan a “destruir  Quito” impulsadas por actores políticos de centro derecha, empiezan hacerse más evidentes las expresiones de racismo en el país, especialmente en ciudades de la sierra; en Quito, en el marco de la crisis por su alcaldía, este grupo de actores políticos con posiciones ideológicas que van del centro derecha a la extrema derecha, al que se suman grupos de ciudadanos   que estuvieron en la línea de la destitución del alcalde, se autoproclaman como “los quiteños de bien” y bajo esa categorización llaman a la ciudadanía a movilizarse para apoyar la destitución del alcalde Jorge Yunda.

El 12 de octubre del 2021, en la Plaza Grande se concentraron los simpatizantes del gobierno del presidente Guillermo Lasso, en la denominada “Concentración por la paz”, el acto se realizó como respuesta a la asamblea popular convocada por el movimiento indígena en la Casa de la Cultura para conmemorar los 2 años del paro de octubre 2019, en esta concentración, el presidente Lasso llamó violentos a los actores del paro y proclamó que “a Quito lo defendemos todos”.

Así, el discurso de la violencia y las expresiones de racismo, se posicionan  desde el poder, contando para ello con la participación de los actores políticos que forman parte o simpatizan con el, de los grandes medios de comunicación cuya línea editorial se identifica con las posturas del poder, de personajes que son presentados como “ciudadanos de bien” y que hacen las veces analistas políticos o expertos en algún tema del cual han oído nombrar , todos ellos cumpliendo el rol de transmitir el mensaje que tiene como objetivo el concientizar a la población, que ya vive atemorizada y con miedo, por la criminalidad a:

  1. Organizarse para rechazar y repeler de cualquier forma y manera toda movilización y manifestación indígena y popular. A apoyar e invocar al gobierno para que ordene a la fuerza pública cumpla a cabalidad su rol de guardar el orden público, mantener la paz y preservar el normal desarrollo de la actividad económica, no permitir el ingreso de indígenas a la ciudad y reprima empleando todos los recursos que posee, incluso la fuerza letal.
  2. Polarizarse en dos bandos:
  • Los buenos, son los “ciudadanos de bien” que defienden la democracia y el estado de derecho, apoyan a la fuerza pública en todos los sentidos, no necesariamente al gobierno aunque le hayan dado el voto.
  • Los malos, quienes vienen de la ruralidad a la ciudad, con mujeres y niños, portando banderas, vuvuzelas, pitos, banderas, palos y escudos. Son violentos, vándalos, delincuentes, terroristas, vinculados al narcotráfico y por ende al crimen organizado. Vienen destruir la ciudad y a atacar a los ciudadanos de bien, son golpistas y quieren terminar con la democracia, tomarse el poder e imponer el comunismo.

Este mensaje es difundido y replicado todos los días, antes y con mayor frecuencia durante el primer año del “gobierno del encuentro”, en los noticieros y programas de opinión de los medios de comunicación, en las redes sociales, en los editoriales de la prensa escrita, logra finalmente su objetivo, de mantener a la sociedad urbana, concentrada su atención en la discusión y debate del discurso de la violencia y a un importante número de ella, en rechazo a cualquier tipo de movilización que actores sociales adopten, para demandar del gobierno, el cambio de sus políticas y la formulación e implementación de políticas públicas que tiendan a mejorar sus condiciones de vida.

Paralela a esta acción de concientización, el gobierno cuestionado ya por su incompetencia para controlar las cárceles, enfrentado a la necesidad de adoptar medidas que frenen y terminen con el accionar del crimen organizado en las ciudades, reestructura orgánicamente su gabinete y decreta la creación del Ministerio del Interior que se encargará de la seguridad interna del país, a la vez, deja un poco de lado su política restrictiva y aunque demora un poco, asigna el presupuesto para la dotación de equipamiento a la Policía Nacional, procede también a reestructurar el alto mando de la Policía Nacional y hace un cambio también en el Ministerio de Defensa; de esta manera se conforma un frente militar y policial de línea dura.

A menos de una hora antes del inicio del Paro Nacional Indefinido, el Presidente de la República emitió un mensaje señalando que “no vamos a permitir la interrupción de vías y carreteras, no vamos a permitir la toma de pozos petroleros y de ningún servicio público, quienes intenten estas acciones vandálicas deben saber que tomaremos las medidas necesarias y aplicaremos las leyes con todo el rigor posible”, agregó que “no se puede permitir que grupos políticos que buscan desestabilizar y pescar a río revuelto, paralicen nuevamente el país”, “hago un llamado a los dirigentes de la CONAIE para que recapaciten y respeten el derecho de la gran mayoría que no quiere el caos”.

El Ministro del Interior también se manifestó señalando que “la movilización o manifestación anunciada, en la práctica, es una semana de carreteras y pozos petroleros bloqueados, secuestros de policías y militares, saqueos, etc. Lo disfrazarán de lucha social para provocar victimizarse. Quién se beneficia de otra protesta sin limites?”.

El Alcalde de Quito, también expreso “no vamos a permitir que se dé otro octubre, encontrarán en todas las autoridades del Distrito Metropolitano un cerco, un muro para evitarlo”.

En estas declaraciones efectuadas por las autoridades del estado y de la ciudad, no hay un  llamado al diálogo, es evidente que luego de tres reuniones mantenidas con el gobierno, 11 de junio, 4 de octubre y 10 de noviembre del 2021, sin arrojar resultados, este se había agotado, el presidente Lasso ya no tenía la credibilidad para volverlo ni siquiera a invocar, peor a un a convocarlo y por lo tanto optaba por la línea dura de la imposición de sus tesis a fuerza de represión, pues mientras los mantenía entretenidos a los dirigentes sociales en el diálogo, el se reforzaba para hacer uso del monopolio de la fuerza que tiene el estado, dejando entre ver que nunca tuvo la intensión de prestar solución y atender la problemática socio-económica de la población que se debate en la necesidad y pobreza.

La torpe decisión del gobierno de detener al Presidente de la CONAIE, fue otra muestra de que el gobierno perfilaba su estrategia para gestionar el conflicto, utilizando la fuerza y el amedrantamiento, empleando todas las medidas que le sean necesarias, no importando si con estas se actúa con ilegalidad y arbitrariedad.

El gobierno siempre le apostó a “salir vencedor” del conflicto, se preparó para ello, sabía que este se iba a presentar pues no era ajeno a que el efecto Lasso, estaba estancando en la pobreza y llevando a ella a alrededor de 7 millones de ecuatorianos, la desigualdad y la inequidad se profundizan en el país, pero no estaba dispuesto a ceder, concientizada y polarizada la sociedad, el discurso de odio y racismo que incitaba al enfrentamiento entre ecuatorianos no tenía pausa desde el poder, la protesta cobraba mayores niveles de movilización en el país y a ella se iban sumando los sectores populares de las ciudades.

 Ante ello, el gobierno expide el decreto 455 suscrito por el Presidente de la República que no alcanza a publicarlo en el Registro Oficial, el rechazo  generalizado de la ciudadanía a su contenido fue mayoritario, entre las disposiciones que limitaban derechos y que mayor crítica recibieron estaban la prohibición del derecho a la libertad de asociación y reunión de las personas en espacios públicos durante las 24 horas del día, pero la que más dura crítica recibió fue aquella que restringía el derecho a la libertad de información con el establecimiento de restricciones y/o suspensiones o el establecimiento de restricciones de calidad de los servicios de telecomunicaciones fijas, móviles y de internet.  

Otro contenido que mereció fuerte crítica, fue el relacionado con el uso progresivo de la fuerza y los principios aplicables, que facultaba al uso de la fuerza letal ante amenaza inminente de muerte o lesiones graves de terceras personas o de la servidora o servidor. También se notificaba con la suspensión del ejercicio del derecho a la inviolabilidad de domicilio y libre tránsito, libertad de asociación y reunión.

Si bien el gobierno salió a decir que el decreto suscrito por el Presidente de la República era solo un borrador, este daba nueva cuenta que el gobierno mantenía una línea férrea, radical de incalculables consecuencias, por ello quiso tener la base jurídica que le permita reprimir sin contemplación alguna a quienes se manifestaban contrarios a sus políticas, por ello la necesidad de cerrar el espacio para informar especialmente de los medios de prensa alternativa que utiliza las redes sociales y el internet para realizar su trabajo.

El desabastecimiento de alimentos y gas comienza a sentirse en los centros urbanos, en 12 provincias se mantienen cierre de vías, bajo el marco del estado de excepción decretado para seis provincias, la represión policial y militar recrudece, hay intimidación y acoso por parte de la fuerza pública denuncian los manifestantes, mientras avanza la caravana indígena hacía Quito, la Asamblea Nacional se apresta a revisar el estado de excepción decretado por el Presidente de la República.

La Casa de la Cultura es allanada por la Policía Nacional e instala en ella su centro de operaciones, esta situación abona a que el conflicto se tensione aún más, el gobierno responde en una carta a la Conaie, los puntos planteados por esta organización, las jornadas de protesta se intensifican, generan desmanes, en la ciudad de el Puyo, en el intento de disolver la manifestación por parte de la Policía Nacional, deja un muerto, lo cual enciende aún más la brecha del conflicto.

Son los ministros del Interior y de Defensa, acompañados de los altos mandos de las FFAA y Policía, los únicos voceros del gobierno que salen hacer declaraciones, las ausencias del Presidente de la República y del Ministro de Gobierno son notorias, dejando en evidencia una vez más que el gobierno le da un tratamiento bélico a un tema que siendo político, no cuenta con la atención de las autoridades del estado responsables de la política, en esa línea, el gobierno militariza el país y la represión en Quito golpea fuerte, se denuncian abusos cometidos por la Policía Nacional.

Las tenciones y conflictividad del paro aumentan en su segunda semana, en varias ciudades del país se registran manifestaciones y no faltan los desmanes, en el 8vo día del paro, aparece el Presidente de la República y difunde un mensaje “hemos llamado al diálogo, pero ellos no quieren la paz, ellos buscan el caos. Quieren botar al Presidente, yo estoy aquí, yo no voy a escapar. Yo estoy aquí para proteger a cada una de sus familias, sobre todo a los más pobres. Democracia o caos, esa  es la gran batalla; la batalla por la democracia”.

El hemos, los ellos, batalla, el discurso del presidente Lasso, no deja de ser confrontativo, desafiante y amenazante, califica de golpistas a los manifestantes, descalifica a la dirigencia del movimiento indígena, llama a la batalla. En la Asamblea Nacional se plantea su destitución.

El presidente Lasso anuncia que tomará algunas medidas que entre ellas, declarar en emergencia al sistema de salud, duplica el presupuesto en educación intercultural, aumento del bono de desarrollo humano, condona deudas, subsidia la urea, dice atender las demandas ciudadanas y que la respuesta es más violencia, amenazas de atacar a Quito y que no permitirá que unos pocos violentos impidan trabajar a millones de ecuatorianos, que se enfrente pueblo contra pueblo, “aquí estoy para defender a Quito”.

“En estos tiempos neoliberales, los derechos públicos se reducen se reducen a favores del poder y el poder se ocupa de la salud pública y de la educación pública como si fueran formas de la caridad pública y solo en épocas de elecciones”.  Eduardo Galeano

 En Quito un grupo de ciudadanos se concentra en la avenida de Los Shyris, para manifestarse por la paz y en defensa de la democracia, en esas concentraciones las expresiones verbales con contenido racista están presentes.

La dirigencia indígena se mantiene firme en demandar al gobierno resultados, respuestas concretas a los 10 puntos planteados y hace un llamado para que la movilización sea pacífica.

Los primeros contactos para entablar un dialogo empiezan a darse, en el 11avo día del paro, aparece el Ministro de Gobierno, para señalar que como muestra de apertura, la policía se retira de la Casa de la Cultura para permitir el ingreso de los manifestantes a fin de que realicen sus asambleas y tomen resoluciones. Horas más tarde la policía los vuelve a reprimir.

El gobierno, llama al dialogo pero con acciones violentas de represión en las calles, poniendo además énfasis en la descalificación a los manifestantes.

El viernes 24 de junio, 12avo día del paro, el Presidente de la República hace una nueva intervención, en ella señala que hay la intención de generar un golpe de estado, que pese a la apertura del gobierno al haber permitido que la Conaie se reúna en la Casa de la Cultura, la violencia  del día 11 del paro, evidencian que “la intensión real del señor Iza es el derrocamiento del gobierno”, asegurando que el Presidente de la Conaie ya no puede controlar la situación, “Defenderemos la paz! Hago un llamado a los manifestantes que por su seguridad y la de sus familias vuelvan a sus hogares. La violencia perpetrada por criminales infiltrados muestra intenciones de desestabilizar la democracia. Tomaremos las medidas dentro del marco de la Ley”.

Minutos después de la intervención presidencial, se desataría una brutal represión policial y militar en contra de los manifestantes, que empezó al finalizar la tarde y se desarrolló durante toda la noche de ese día, no se tuvo ningún miramiento con mujeres, niños y ancianos, la fuerza pública utilizó todos los medios disponibles para reprimir, la Casa de la Cultura y sus alrededores fueron el campo de batalla donde policías y militares, lanzaban bombas, perseguían a manifestantes, los tomaban detenidos y vejaban, igual situación ocurría ya en horas de la noche en la Universidad Central, centro de paz que acogía a los manifestantes, fue una operación militar- policial de “limpieza” en la cual todo indígena, hombre, mujer, niño era considerado el enemigo de Quito, al que no se le debía permitir permanecer más tiempo en la ciudad.

Horas después de haber culminado la “operación de limpieza”, oficiales de la Policía Nacional acudían a la avenida de los Shyris, en donde estaban concentrados los ciudadanos  movilizados por la paz, defensores de la democracia y contrarios a los golpistas, a “festejar…”, entre vítores y aplausos eran recibidos por de la gente congregada en ese lugar.

Violento, clasista y racista fue el efecto Lasso de la represión con tinte facista del gobierno del encuentro.

El movimiento indígena, afro y campesino, no claudicó, firme en su lucha, permaneció en la ciudad, no solo el apoyo y solidaridad de los pobladores de los barrios populares empezó a mostrarse más abiertamente, sino que además pasaron a ser actores activos de la protesta.

El accionar bélico del gobierno no le entrega los resultados que este espera, terminar con el paro,  cercado por la movilización y el trámite para su destitución en la Asamblea, el presidente Lasso, nervioso por su posible destitución, levanta el estado de excepción mientras crecen las protestas en él país y anuncia la disminución en 10 centavos de los precios de los combustibles, gasolina extra y diesel, lo hace con una intervención a tono con lo que han sido todas sus intervenciones, categoriza  a la manifestación de vandalista,  descalifica a los dirigentes de las organizaciones sociales y hace advertencias.

La respuesta de la Conaie a este anuncio hecho por el Presidente de la República, fue que si bien la movilización es por los 10 puntos, tienen un logro en 5 de ellos y que analizarán a lo interno  con las bases, la manera efectiva de participar en espacios técnicos y eficientes de dialogo para que los puntos no resueltos sean garantizados.

Con el nuevo anuncio del gobierno y la respuesta a este de la Conaie, en el 15 día del paro, se visualizaba que ambas partes cedían en sus posiciones, lo cual permitía avizorar la posibilidad de llegar a un pronto acuerdo.

Actuando como mediador el Presidente de la Asamblea Nacional, se logra instalar una mesa de diálogo en la que participan los  dirigentes de las organizaciones indígenas, Conaie, Fenocin, Feine, y las máximas autoridades de las 5 funciones del estado, salvo la ejecutiva, el Presidente de la República, no asiste y en su representación acude el Ministro de Gobierno, se logran avances,  sin embargo de ello el Presidente de la República, aduciendo los enfrentamientos entre manifestantes y militares que termina con el fallecimiento de un militar, suspende el diálogo, descalifica, desconoce y resta legitimidad al Presidente de la Conaie, Leonidas Iza y dice que no dialogará con el, que sean otros quienes representen al movimiento indígena en el diálogo.

En la Asamblea Nacional no se alcanzan los votos para la destitución del Presidente de la República.

El presidente Lasso en todas sus intervenciones ha llamado al diálogo, los dirigentes indígenas acuden al diálogo pero el no solo que no asiste al diálogo, manda a sus delegados y lo suspende,  ahora es por la muerte de un militar, sin embargo en ningún momento se solidarizó con los familiares de los 6 fallecidos en las protestas. Su autoritarismo y ego, prevalecen  sobre los intereses del país.

Finalmente, con la mediación de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, se instala una nueva mesa de diálogo que permite llegar a un acuerdo que contempla la reducción del precio de los combustibles en 15 centavos, a excepción de la gasolina super; derogatoria del decreto ejecutivo que contiene la política petrolera;  instalación de una mesa de diálogo para dar seguimiento y resolución a los temas pendientes referidos a los 10 puntos planteados al inicio del paro, esta mesa tendrá una duración de 90 días y contará con la presencia de las autoridades de las otras funciones del estado.

A manera de conclusiones:

  • El Presidente de la República y su gobierno pensaron que dejando pasar los días y obstaculizando la logística para el descanso y abastecimiento del movimiento indígena movilizado en Quito, podían desgastar y debilitar su presencia en la ciudad.
  • El discurso confrontativo, radical y violento del Presidente de la República, al que le hicieron coro, el Alcalde de Quito y el Ministro del Interior, con el que descalificó a la protesta social y a la población indígena, afro y campesina que en ella se manifestaba, con el objetivo de deslegitimarla, profundizó las diferencias de clase, la xenofobia y el racismo en nuestra sociedad, habiéndonos puesto al borde del enfrentamiento entre ecuatorianos.
  • El Presidente de la República y su gobierno, pensaron que mediante el empleo de la fuerza militar y policial, el vejamen y la privación de la libertad podían disolver las manifestaciones, lograr el fracaso del Paro Nacional y a callar las voces de protesta de quienes sufren el hambre, la exclusión y el no ejercicio pleno de sus derechos, como consecuencia de la aplicación de sus políticas económicas. A punta de bala no se termina con la pobreza.
  • El gobierno del presidente Guillermo Lasso debe comprender, que los parches económicos de emergencia anunciados ayudan pero no resuelven nada, los problemas subyacen porque son de fondo y requieren un cambio sustancial de la política económica, orientándole hacia el crecimiento y progreso compartido.
  • El Paro Nacional de Junio 2022, puede ser el punto de inflexión para que las fuerzas políticas y sociales progresistas, en unidad como lo estuvieron en esta coyuntura la CONAIE, FENOCIN y FEINE, puedan plantearse un proyecto político que dirija al país hacia un estado superior, el de la democracia radical.
  • Solo la organización social y su movilización, pueden hacer retroceder al autoritario que en el ejercicio del poder pretende siempre imponer, evadir el diálogo y el tratamiento de las causas estructurales que generan el problema.
  • El efecto Lasso en el Paro Nacional:
  • 7 fallecidos
  • 541 heridos
  • 152 detenidos
  • 76 vulneraciones de derechos humanos
  • 1 mil millones de pérdidas económicas, 775 millones de dólares en el sector privado y 225 millones de dólares en el sector petrolero público y privado.

 “El neoliberalismo se propone como receta mágica de la salvación universal pero hace más de cinco siglos que estamos en esto, creyendo que la libertad del dinero, es más importante que la libertad de la gente” Eduardo Galeano.

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Es Licenciado en Administración de Empresas por la Universidad Central del Ecuador.
Estudios de Posgrado en la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB). Cuenta con dos especializaciones superiores en Costos y Productividad, así como en Finanzas. Posee una Maestría en Dirección de Empresas.
Ha desempeñado varios cargos en el sector público y privado: Coordinador Provincial de Afiliación y Control Técnico del IESS, Gerente de Planificación del IECE, Director de Planificación de SENESCYT, Director de Planificación del TSE.

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