Las elecciones 2023 ya están aquí

Las elecciones 2023 ya están aquí

María Rosa Zury

En Ecuador, la pandemia se acompañó de la ausencia de liderazgos tanto a nivel nacional como a nivel local. Fue una crisis inédita en la que los colores políticos poco importaron, al contrario, la ciudadanía esperaba acciones y medidas concretas que les ayude a enfrentar la crisis social y económica que se atravesaba. Las respuestas en el plano político fueron limitadas, tanto así que algunos políticos aprovecharon la emergencia sanitaria para debilitar los controles institucionales, libertades y derechos.

Tomando en cuenta el impacto que ha tenido la pandemia en la sociedad, varias organizaciones políticas trabajan internamente para enfrentar de manera diferente las elecciones de 2023, donde se votará por varias autoridades locales (prefecturas y viceprefecturas, alcaldías, concejalías y vocalías de juntas parroquiales). El termómetro electoral medirá quién de ellas cuenta con la mayor legitimidad frente a las y los ciudadanos, porque como se conoce, ante un mayor número de representantes dentro de los gobiernos locales, mayores condiciones de gobernabilidad.

En este contexto, vale la pena analizar la configuración del próximo escenario político-electoral y al mismo tiempo, la responsabilidad ciudadana frente a esta contienda. Por un lado, el ‘Correísmo’ jugará un papel importante, pues sigue siendo la fuerza electoral más relevante de las últimas décadas. No obstante, su incidencia entre la ciudadanía se pondrá a prueba, debido a que su apoyo a nivel local ha ido en retroceso en los últimos comicios perdiendo varios territorios considerados bastiones de sus ideales, como es el caso de Azuay y Loja.

En el año 2014, el Correísmo desde su movimiento Alianza País (AP) en alianza con Avanza, obtuvo un total de 105 alcaldías (equivalente al 48% de los cantones a nivel nacional), principalmente, en la Sierra-centro y norte, en el norte de la Costa y en el norte de la Amazonía.[1] En las últimas elecciones seccionales de 2019, el Correísmo se debilitó: su líder principal, Rafael Correa, estaba fuera del país y, asimismo, atravesaba un quiebre dentro de sus filas tras la separación con Lenín Moreno. Esto influyó en los resultados de 2019, en los que AP consiguió apenas 26 alcaldías.

Al analizar los resultados de las elecciones presidenciales de 2021, el mapa político nuevamente se marcó con colores del ‘Correísmo’ y con una gran fuerza dentro de las provincias costeras. Esto les permitió pasar a la segunda vuelta presidencial y ser la fuerza política con mayor representatividad en la Asamblea Nacional (51 escaños de 137).

Por lo tanto, el principal reto del ‘Correísmo’ para las seccionales será intentar recuperar apoyo dentro de las provincias de la Sierra y Amazonía. Asimismo, presentar buenas candidaturas que respondan a las necesidades de las localidades, dejando de lado la búsqueda del endoso del voto con la figura de Rafael Correa. Quizás solo así podrán ampliar su representación política para beneficiarse en las elecciones de 2025.

En la otra esquina política, tenemos al oficialismo y su movimiento CREO el cual, al contrario del ‘Correísmo’, ha ido ganando terreno político en los últimos años. En las elecciones seccionales del 2019, obtuvo un total de 33 alcaldías (11 más que las 22 de 2014). Junto a ellos, las fuerzas de derecha, tanto del Partido Social Cristiana como de SUMA, alcanzaron un total de 89 alcaldías, convirtiéndose en la tendencia con mayor representación en los gobiernos locales del Ecuador. El triunfo de la derecha fue una de las interpretaciones más comunes de los resultados de las seccionales de 2019. [2]

Sin embargo, en la actualidad, el Gobierno y su movimiento político la tienen un poco más complicada. Esto comenzando por la ruptura con el Partido Social Cristino y sumado a que el apoyo de muchas y muchos ciudadanos dependerá de su trabajo y las decisiones que tome a lo largo de este 2022, en especial, las soluciones que adopte  para resolver problemáticas económicas y sociales que enfrenta el país, como es el caso del desempleo, la inseguridad y la pandemia. En las elecciones de 2023, el oficialismo medirá su nivel de apoyo y legitimidad.

Otros movimientos y partidos que tienen importancia en el escenario político actual y se reivindicaron durante las elecciones del 2019 y 2021, son Pachakutik y la Izquierda Democrática. De ellos se espera que acomoden su organización interna la que se ha visto afectada estos últimos meses dentro de la Asamblea Nacional y, a la par, logren trasladar el gran apoyo que obtuvieron gracias a la imagen de sus candidatas y candidatos para la presidencia (Xavier Hervas y Yaku Pérez) hacia las localidades.

Analizar la posible configuración de las fuerzas políticas del Ecuador, origina el primer camino hacia lo que podría ser la votación de la ciudadanía. Y, a la vez, viene el trabajo indispensable de las organizaciones políticas y su facultad de crear alianzas entre diversas tendencias políticas. En el país existen más de 200 organizaciones políticas y gran parte de ellas son organizaciones locales que tienen, sobre todo, incidencia dentro de la elección de alcaldías y prefecturas. Recordemos que las alianzas son positivas para la democracia, pues tener demasiados candidaturas solo fractura el voto. Por tanto, el hecho de que existan menos contrincantes, hará que los ciudadanos puedan otorgar mayor legitimidad al candidato ganador a través de una mayor cantidad de votos.

Por último, una vez analizados diferentes aspectos de la configuración electoral, viene un punto de gran interés: la responsabilidad política de la ciudadanía. Si la pandemia nos enseñó la relevancia de las decisiones de nuestros políticos en situaciones de crisis, es deber nuestro no cometer errores del pasado, es decir, continuar representados con políticos populistas que nos prometen sacar de todos los problemas que enfrentamos de un momento a otro. O, peor aún, dar paso a que se endose el voto local a causa del apoyo o simpatía que sentimos hacia líderes nacionales de los diferentes partidos políticos (como es el caso de Correa, Lasso, Nebot, etc.).

Para lograrlo, es indispensable que este año preelectoral busquemos estar más informados de lo que sucede en el terreno político. Evitemos creer en narrativas comunicacionales que polarizan la política y limitan nuestro poder de crítica. Porque no todo es negro o blanco, no es solo izquierda o derecha. Existen matices y es tarea nuestra aprender a reconocerlos, tomar un poco de perspectiva y crear nuestras propias posturas con fundamentos.

Que nuestra tarea, a lo largo de este año sea el conocer de cerca a las futuras candidaturas, lo que nos ofrecen, lo que han hecho por nuestra ciudad a lo largo del tiempo, sus conocimientos dentro de la administración pública, etc. Todo ello porque nuestra participación como ciudadanos en democracia, no se limita a ejercer un voto cada cuatro años, sino que se extiende a otros tipos de derechos y deberes como es la participación ciudadana y control social que abarca a representantes y organizaciones políticas.

Referencias:

[1] Rodriguez, J. 2019. Elecciones Seccionales Ecuador. pág. 17.

[2] CNE. Resultados Electorales 2014 / 2019/ 2021

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Politóloga apasionada por la lectura, la escritura y la defensa de causas justas. Columnista en Diario La Hora. Ha colaborado en proyectos de inclusión educativa tanto en Ecuador como en Argentina.

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