María Rosa Zury
Es tan extraño lo que nos sucede, estos días parecen irreales y hasta sacados de una película de ciencia ficción en la que la humanidad ha sido privada de su libertad; una libertad que nos parecía tan inherente a nuestros días y que hoy -por una amenaza viral- no está más. Días en donde los animales han regresado a su hábitat natural, en donde el cielo es más limpio y el planeta respira mejor tras la ausencia de los seres humanos. Días en donde sentimos que el final de la vida como se la conocía, está cada vez más cerca.
Han transcurrido más de quince noches desde que empezó el aislamiento y la incertidumbre no ha cesado.
Peor aún, el encierro físico ha afectado por completo a una generación acostumbrada a observar el mundo a través de su celular y de su trabajo, a ser considerada sujetos programados o materialistas. En estos seres han aparecido sentimientos como la angustia, la ira, el miedo y la depresión como consecuencia del confinamiento; parece imposible pero lo ha hecho, aunque también el aislamiento los ha despertado.
Y al abrir sus ojos ha aprendido a volar dentro de sí mismo y a valorar más todo. A buscar su libertad dentro de cosas sencillas como cocinar, leer, reír, amar, cantar. Para esta generación, ya nada será como era antes, ni las relaciones amorosas, ni los abrazos, ni el trato con el resto, ni las reuniones o los encuentros pequeños con sus amigos o familiares. Nada será como antes, todo será distinto.
La primavera llegó y junto a ella también surge una generación nueva llena de personas más reales, quizá más humanas y más críticas.
Seres vivos que continuarán soportando todo, más de lo que creen y, a la vez, buscando el faro que les guíe al camino de retorno a las calles lúcidas del pasado. Aunque esta vez, ojalá lejos de lo material y más cerca de la solidaridad, la humanidad y la verdadera libertad.
Politóloga apasionada por la lectura, la escritura y la defensa de causas justas. Columnista en Diario La Hora. Ha colaborado en proyectos de inclusión educativa tanto en Ecuador como en Argentina.
María Rosa ojalá como tú dices renazca esa generación de gente más humana, más real y sobre todo más consciente, por que ahora es el COVID-19 mañana será otra cosa. Excelente !
Gracias María Rosa por tan excelente reportaje, apegado a una dura realidad , pero como tú dices, dejándonos grandes lecciones de vida. FELICITACIONES.
La naturaleza si ha recobrado su fuerza vital, lamentablemente todo lo bueno manifestado en el escrito no será duradero, será efimero , el hombre es un ser de hábitos y costumbres impregnados por su vida social en comunidad, una vez que se acabe éstas restricciones se regresara a lo mismo, claro con algo de recelo y nuevamente observaremos a los jóvenes , que seguirán viendo y conociendo el mundo a través de sus celulares y los ciudadanos mayores contaremos anécdotas a los nietos de los sucesos de éstos dias de miedo sosobra y con ironia de nuestras inutilidades. .
Interesante!! Algo muy real, sencillo y práctico, donde convoca a la reflexión.
Muy lindo me encanto.. Es una reflexión muy cierta.. Bendiciones
Una nueva generacion talvez sea la salvacion de la humanidad o su definitivo exterminio. Un virus creado por el abuso de los mismos seres humanos cuando desafian a la madre naturaleza destruyendo arrasando con todo lo que se mueve hoy cobra a su manera justicia. Si justicia con los que no hablan pero sienten con los que mueren a manos de sus asesinos con los banales acomplejados que sonrientes muestran sus presas de caza con las bestias humanas que coleccionan animales muertos o hacen alarde de perfectos criminales de seres nobles. El virus salva a los que no tienen vos pero sienten por muchos años su silencio transformado en dolor y muerte. Esta es la nueva generacion que debe primar aprender de los animales que con su instinto nos dan una clase magistral a los inteligentes que depredan todo. Moraleja deberemos rebajar nuestra conciencia al instinto primitivo para aprender y no volver hacer daño al univo hogar que tenemos la tierra. El instinto nos dejara una enseñanza con el virus para que los nuevos politologos sean humanos y no demagogos sean humsnos racionales y no animales que como jaurias detentan el poder y luego se transforman rn animales corruptos.
Le verdad es que el planeta lo necesitaba, es una etapa donde los fuertes sobrevivan, los saludables, los cuidadosos… El mundo ya no volverá na ser el mismo ahora mismo, todo que daba alegrías y placer lejos ya no será más, con eso el turismo y los medios en llegar a esos lugares serán vetados por el Nuevo mundo q ahora se creará. Volver a lo esencial para vivir será lo correcto lo indispensable. Así será ahora Amigos. Volver al campo como mis Abuelos ayudará a las generaciones q vendrán después de este exterminio Global.