La juventud política y la vieja escuela

La juventud política y la vieja escuela

Juzz Pincay

 “Paridad y juventud” es la presión que somete hoy a los Partidos Políticos el Código de la democracia. El adulcentrismo que no solo sufre la vieja escuela política sino la sociedad, en general, logra que se mire con desconfianza los posibles cuadros que puedan sumarse a las elecciones 2021. Este 25% que exige la norma, obligó a los medios de comunicación a regresar a ver a los jóvenes y preguntarles si están interesados en la política.

Deloitte realizó una encuesta a millenials y a centenialls revelando que un 77% de ellos espera poco o nada una mejora en la situación económica, política y social del país en los próximos 12 meses. Esta encuesta fue realizada en diciembre de 2019, cuando aún se discutían las reformas al Código de la Democracia. Es decir, cuando aún no existía ni pandemia; ni conocíamos los horrorosos casos de corrupción que dejó sin pie, ni cabeza a la representación política. Me pregunto si ese porcentaje aumentó como decepción total de la clase política o disminuyó por la misma razón.

Mi percepción es positiva: somos cada vez más los y las jóvenes involucrados. Y es que no necesariamente pasar por una escuela de formación política de algún partido, cuenta como participación. Muchos de los partidos políticos forman a jóvenes a imagen y semejanza del cacique y ahí no hay cambio. Ahí no hay nada.

El reto para quienes son parte de estos centros es formar un criterio propio acerca de las posiciones del partido que lo avala. Repetir como ‘loros’ lo que les funcionó a los jefes es hacer juego a la vieja escuela.

Los jóvenes estamos involucrados en lo político y en el ejercicio de la política. Desde el ejercicio podemos encontrar a quienes se han hecho un espacio asesorando a figuras que ya están en el ámbito público político, como asambleístas, por ejemplo. Y están quienes se involucran en lo político, desde los medios de comunicación como articulistas, o desde la academia y desde el activismo. Estamos aquí. Mujeres y hombres jóvenes opinando en redes sociales y medios de comunicación, poniendo el cuerpo en caso de ser necesario, y exigiendo no solo que se cumpla la norma, sino que lo hagan bien.

Fuente: El Comercio

Los Partidos Políticos que coloquen a las y los jóvenes, únicamente de relleno, solo se están poniendo el pie. Y se los digo hoy. No considerarnos -de verdad, no porque es lo que deben hacer- les va a pasar factura tarde o temprano. La experiencia es necesaria, y no está ligada a la edad. Conozco mujeres jóvenes que han hecho política desde el colegio, mujeres de 24 años con más experiencia que el candidato de 42, que desconoce las funciones de los asambleístas.

Estamos hartas y hartos de la corrupción, y este hastío se va a convertir en la oportunidad perfecta de repensarnos como sociedad.

La vieja forma de hacer política: machista y patriarcal, nos ha traído hasta aquí. Y ojalá nos estemos dando cuenta que no funciona. Somos la mitad del padrón electoral y regresarnos a ver, pero sobre todo estar dispuestos a escucharnos y hacernos espacio, va a marcar la diferencia a futuro.

A las y los jóvenes que lean este artículo, en particular, quisiera recordarles que quedarnos en silencio y que no involucrarnos es resignarnos. Y que la resignación no reivindica derechos, ni cambia el sistema. Que sí, que las redes sociales son un fuerte aliado, pero que el trabajo sigue estando en las calles. Que cuando lleguemos a los curules no permitamos que nos asignen a lo que ellos suponen que es donde tenemos voz. Tenemos voz en todo: en la educación, en la economía, en la salud, en la justicia, en la soberanía alimentaria.

Son muchos los retos que tiene la juventud política en nuestro país, y por supuesto que, en el caso de las mujeres, como es usual, tenemos el doble de obstáculos. Pero ya cruzarnos los brazos no es opción. Los movimientos y partidos políticos, tienen una oportunidad grandiosa de hacernos parte de esto, no como favor, no como adorno para la papeleta, no para el discurso; sino para realmente hacer cambios que nos favorezcan a todos y todas.

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Guayaquileña, comunicadora social y política, feminista, activista y defensora de los derechos de las mujeres. Parte de la colectiva Aborto Libre Guayaquil.

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