¿Vamos al arbitraje militar?

¿Vamos al arbitraje militar?

 Enrique Ayala Mora

Los militares han intervenido en política durante toda nuestra historia. Y pueden hacerlo ahora, en medio de la crisis sanitaria, el derrumbe de la economía, el desempleo masivo y el peligro cada vez más cercano de un estallido social sin control.

Tradicionalmente, las constituciones han determinado que las Fuerzas Armadas son obedientes, no deliberantes. Pero en las crisis han sido el árbitro del poder. Con un sistema político débil y poco representativo, lo tomaron varias veces. Cuando lo dejaron, retuvieron gran influencia, como desde 1979, cuando inició el gobierno constitucional.

En las dos últimas décadas, los militares han depuesto o mantenido presidentes. A Bucaram y Mahuad no los derrocaron las movilizaciones indígenas, al coronel Gutiérrez no lo echó un movimiento ciudadano.

En coyunturas de desestabilización los militares deciden quién se queda y quién se va. Claro que no lo hacen “en frío”. Pero en medio de la protesta, la inestabilidad y la movilización social, los militares le “retiran el apoyo” al presidente y se cae.

Aunque Correa y sus partidarios quitaron de la Constitución que las Fuerzas Armadas fueran “garantes” de la democracia, el 30 de septiembre de 2010, pidieron a gritos la intervención militar. El jefe del Comando Conjunto, en cadena nacional, respaldó a Correa a cambio de eliminar las medidas que causaron el hecho. Lo hizo y se quedó. Lo del “intento del magnicidio” y el “secuestro” del presidente fue puro cuento. El arbitraje militar fue la verdad.

Ilustración 1 Fuente: Metro Ecuador.

En medio de los efectos devastadores de la pandemia y la horrorosa crisis económica, el gobierno se debilita en sus intentos fallidos de lograr recursos con leyes que naufragan en el pantano corrupto de la Asamblea Nacional. Aplica fracasadas recetas neoliberales y no puede parar la corrupción. La “oposición” de la alianza de socialcristianos y correístas impide que los poderosos aporten. No se contribuye en proporción a los ingresos. Los grandes empresarios y altos burócratas no dan nada. Los decretos golpean a los trabajadores y aumentan los despidos.

Hay una sensación de inestabilidad y zozobra, abandono y desorientación. Nadie sabe que pasará en las elecciones y se levanta el fantasma del fraude.

Cada vez se teme más la violencia y la represión descontroladas. Se denunció un complot de un grupito de militares correístas, que debe ser sancionado enérgicamente. Pero la cosa es más seria. Se están dando las condiciones para que las Fuerzas Armadas sientan que deben intervenir. Quizá no para tomar el poder, sino para dictaminar que se debe hacer en él.

Si queremos evitarlo, el único camino es un gran consenso para la salvación nacional en que participen los más amplios sectores de la sociedad. Como van las cosas, la situación ya no da más. O tomamos en serio los acuerdos o nos derrumbamos.

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Historiador, profesor de la Universidad Andina Simón Bolívar, Ecuador.

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10 comentarios en «¿Vamos al arbitraje militar?»

  1. comparto la opinión. Debemos hablar en serio de un Gran Acuerdo Nacional. es fundamental acordar unos 5 objetivos nacionales para fortalecer la participación popular, estabilizar la economia, reactivar la producción, abastecer de alimentos a la población y volver a la educación presencial en todo el país. A partir de ello podemos empezar a caminar. Simple, pero exige madurez y confianza, sin des calificaciones y prejuicios. reconstruir la confianza . por ahi va la cosa.

  2. Entiendo que dada la coyuntura de podredumbre moral de varios actores políticos, que desvirtuaron su compromiso con el bienestar del pueblo y pensaron en su bienestar económico, alguien debe asumir un rol de garantía para que vuelva la confianza ciudadana en sus representantes al alto nivel.
    Por otro lado debe desterrarse el sainete político, llamado «investigación y caiga quien caiga» para sancionar de manera ejemplificadora a los responsables con prisión y la devolución de todo lo robado, pues ya sr conoce donde están esos dineros y desterrar, hasta el cuarto grado de consanguinidad a los familiares de quienes han causado toda esta pandemia de corrupción en el país.
    Mi apuesta va por la destitución de todos quienes encabezan las altas funciones del Estado y la conformación de un frente de Gobierno, donde estén representados todos los sectores sociales, excluyendo a los eternos dirigentes, mismos que son cómplices activos de los latrocinios causados a la nación durante los últimos veinte años.
    Para finalizar este frente debe convocar a la brevedad posible una Asamblea Contituyente para echar abajo la famosa Constitucion de Montecristi. Herencia del despilfarro, prepotencia, latrocinio y pérdida de la soberanía nacional y sus recursos naturales del correoso.

  3. comparto el criterio de Enrique Ayala Mora, que a lo largo de la Historia Ecuatoriana desde su vida republicana, siempre los Militares algo han tenido que ver con la caída de los gobiernos en el Ecuador. Militares siempre han escogido, quien se queda quien se va como Presidente de la República. Los tiempo cambian, hoy los militares han perdido el respeto y valentía de los ecuatorianos, eran los orgullosos defensores de nuestro territorios.Los militares han caído en el desprestigio, hoy han vendido su orgullo y su valentía ante la codicia y la corrupción; hoy forman parte y comparten los placeres del poder, se mueven al vaivén de los mejores postores de los lideres y organizaciones políticas.Tanto los Policías y Militares son sumisos ante el gobernante de turno; solo sirven para REPELER a su pueblo cuando salen a defender sus DERECHOS, siendo ellos parte del pueblo, tienen familias, tienen hijos; ni así se dan cuentan que las medidas económicas que toman los gobiernos perjudican a ellos mismos y sus familias; por qué no defienden a su pueblo por que están saboreando las mieles del poder..

  4. La vía de un gran consenso nacional para reformular al Estado convertido en rehen de la corrupción, es y debe ser una tarea inmediata. La crisis ha llegado a un nivel de profundidad, que ningún sector social por sí mismo podrá resolverla. Se requerirá la adopción de medidas económica y sociales que supondrán el abandono de viejas concepciones y para ello, el consenso es fundamental, si no queremos un Estado fallido y una nueva dictadura.

  5. La crisis sanitaria se agudiza por el sistema corrupto que se impone sin contemplaciones. Todo está degenerado y pasamos más hundidos en corrupción e impunidad. Es necesaria una señal certera y urgente de los colectivos sociales para afrontar esta dolorosa realidad donde la gente muere mientras las autoridades atracan nuestros recursos.
    Ud Dr Ayala es un hombre muy cultivado y un intelectual objetivo que frente al PSE puede articular un trabajo comprometido y propiciar otras condiciones.

  6. Por dios que decadencia vivimos en el país…. democracia débil… cuando estos personajes debieron fortalecerla…y escribe ja historia de nuestro país….que indignación…

  7. Saludos. Caramba ¿esa es la posible alternativa? Es decir, como siempre la historia se repite. No podemos ponernos de acuerdo . Que dura realidad de esta nuestra atribulada patria. Reconformemos nuestro presente y repensemos nuestro futuro.

  8. Es hora de terminar con tanta corrupcion, el actual gobierno sigue manejado por los correistas, Lenin es solo un títere , donde está la “gran cirugía mayor”? Acaso todavía no encuentra un afilado bisturí? Todos son malos chistes del presidente, es hora de que las FF AA actúen. Felicitaciones Dr. Ayala Mora.

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