Receta contra el fraude

Receta contra el fraude

Enrique Ayala Mora

En nuestro país se teme a los fraudes electorales. Y con razón. Los ha habido con frecuencia. Hace tiempo, con la imposición de la fuerza o el secuestro de las urnas. Más recientemente, con la manipulación de los padrones, de las actas, del conteo de los votos y la información computarizada, que se suspende por lapsos sospechosos al publicitar los resultados.

También se ha torcido la voluntad popular cuando no se han dado garantías de igualdad a todos los candidatos, se ha limitado su acceso a los medios de comunicación o se ha restringido la movilización.

Por diez años, los cinco miembros del Consejo Electoral, incondicionales del gobierno, convirtieron las elecciones en monopolio correísta, marginando y persiguiendo a la oposición. Esos manejos tramposos también son fraude.

Ahora viene un proceso electoral en medio de una profunda recesión económica y las limitaciones de la pandemia, con un sistema político más débil y cuestionado que nunca, con una clase política dispersa, expresada en la Asamblea Nacional, frecuentemente presa de la corrupción y defendiendo intereses particulares. Así, el peligro de una elección fraudulenta es mayor.

Fuente: Ecuador en Directo.

Con las restricciones y con recursos escasos que deben fundamentalmente dedicarse a combatir la pandemia, es lógico que se adopten procedimientos especiales y se recorte los gastos del proceso. Pero eso no debe limitar la democracia y propiciar la manipulación de resultados, como puede suceder.

Que se vote por correo o por Internet es inviable. No hay condiciones técnicas y sin cadena de custodia la posibilidad de fraude es mayor. Que las juntas electorales funcionen tres días con protección, en cambio, parecería razonable. Pero del todo insuficiente. Se debe garantizar en forma integral un proceso limpio y participativo.

Fue un avance las bandas publicitarias pagadas con fondos públicos para todos los candidatos. Pero estarían en riesgo por la falta de recursos. Eso no debería, empero, ser causa para que se permita que paguen propaganda los que tienen, porque representan al poder económico o han hecho plata con la corrupción. Por otra parte, hay que tomar precauciones, pero no impedir la movilización en todo el país, que es como hacen campaña quienes tienen escasos recursos.

Fuente: Metro

Una elección de movilidad reducida favorecerá a las candidaturas con plata y clientela. Perjudicará a las que, a pesar de tener propuestas, no podrán promoverlas por las restricciones y el monopolio de las grandes empresas electorales. La alternativa frente a ello es que se formen grandes alianzas, como deberían hacerlo las fuerzas del centro a la izquierda. Pero para eso, el CNE debe promover en sus reglamentos las alianzas y no restringirlas en la práctica. Este es el momento para que lo haga. Más transparencia democrática es la mejor receta contra el fraude.

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Historiador, profesor de la Universidad Andina Simón Bolívar, Ecuador.

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