A todos nos sobrecogió e impactó dolorosamente la reciente noticia de la súbita desaparición física del apreciado y respetado dirigente popular, luchador social y amigo Mesías Tatamuez Moreno, el pasado 31 de octubre.
- SU ORIGEN, FAMILIA E INICIOS EN LA LUCHA SOCIAL.
Manuel Mesías Tatamuez Moreno nació el 18 de septiembre de 1950 en el barrio Jesús del Gran Poder, en la parroquia La Libertad del cantón Espejo de la provincia de El Carchi.[1]
Con su familia de campesinos pobres, junto con sus hermanos y vecinos, antes de cumplir 18 años, trabajó en una plantación de Piretro en el cantón Espejo de la provincia del Carchi, en la parroquia la Libertad, en la hacienda “La Rinconada”, en donde participó activamente organizando un sindicato y una huelga por el no pago de salarios y el incumplimiento de las obligaciones patronales.
Posteriormente, lideró la Asociación “Germán Grijalva” para, con el apoyo del IERAC, afectar las tierras de la hacienda y adquirirlas a su dueño. Conjuntamente, con otras organizaciones campesinas de la zona conformó la UNOCCAR y fue elegido su presidente. Mesías siempre fue muy activo y tenaz para conseguir una importante infraestructura a favor de la organización, de sus socios en El Ángel y en la provincia. [2]
Fue víctima entonces de ataques violentos de adversarios relacionados con los terratenientes de la zona, opuestos a la organización popular, por lo que, invitado por la asesora del sindicato y de las organizaciones campesinas en ese entonces la doctora Isabel Robalino, se trasladó a Quito para vincularse a la lucha por la reforma agraria de la Federación Nacional de Organizaciones Campesinas (FENOC) que formaba parte de la CEDOC, y tenían entonces el apoyo económico de fundaciones ecuatorianas y alemanas vinculadas a la Democracia Cristiana.
Mesías en esos años, en los inicios de su lucha social, siempre mantuvo contacto con las organizaciones campesinas del Carchi y de las Asociaciones de las que formaban parte su familia y luego sus hijos, a quienes, pese a sus limitaciones económicas, los visitaba constantemente para apoyarlos y orientarlos para que sean personas trabajadoras e íntegras.
De lo que comentan sus familiares cercanos y especial su sobrina Gladys, en cuya casa vivió los últimos treinta años, parece que él estuvo consciente de que su tiempo en esta tierra estaba por concluir al sentirse agobiado por las dolencias provocadas por el acelerado deterioro de su salud, en su frenética actividad de lucha social.[3]
Mesías llegó preparado para dar al paso final a la eternidad, pues desde que se involucró tempranamente en la lucha social hasta el último momento de su vida, dejó huellas profundas por su tenacidad, honestidad y lealtad a las organizaciones populares y a todos sus amigos y familiares.
- SU LUCHA SOCIAL Y POLITICA.
A nivel nacional, en los años setenta, se vinculó activamente a la movilización campesina-indígena por las tierras, en contra de los latifundios, de los terratenientes rentistas y de las relaciones precapitalistas de producción. A las organizaciones que ya habían obtenido tierras limitadamente, por los mecanismos creados por la reforma agraria, les gestionó recursos y servicios agropecuarios provenientes de CESA y FODERUMA, como era el caso de las asociaciones agrupadas en la UNOCCAR.[4]
En 1974 participó en el Consejo Nacional de la FENOC en el que decidió impulsar el proceso de reforma agraria que estaba paralizado por los terratenientes agrupados en las Cámaras de Agricultura con la complicidad del gobierno militar que postergó la obligación legal de eliminar los latifundios. En 1974 también participó en la conformación del Frente Unitario de los Trabajadores y en abril de 1975 asistió al XI Congreso de la CEDOC en Portoviejo en el que arreció la crítica de las bases de la central campesina-obrera, contra los dirigentes demócratas cristianos que impulsaban una política desarrollista y conciliadora con los terratenientes y los sectores modernos de la burguesía industrial. Allí se aprobó una plataforma unitaria, para organizar, juntamente con las otras centrales sindicales nacionales, la CTE y la CEOSL, una Huelga Nacional.
En agosto de 1975, Mesías se integró al grupo de Fernando Velasco, Diego Cornejo, Eduardo Paredes, Fabián Zurita y otros, que trabajaban al interior de la CEDOC y conformaron la Unión Revolucionaria de los Trabajadores como una confluencia de dirigentes y activistas de base de asociaciones campesinas y obreras, comunidades cristianas e intelectuales de izquierda vinculados a las actividades de capacitación de la central sindical. Esta agrupación criticaba al desarrollismo, al reformismo nacionalista-revolucionario de la dictadura y al Partido Comunista, defensor abierto del régimen de Rodríguez Lara. [5]
La Huelga Nacional del FUT, realizada el 13 de noviembre de 1975, fue masiva en todo el territorio nacional, pero no fue autónoma, pues fue aprovechada por el gobierno y sus defensores para apoyar al tambaleante gobierno, que ofreció entonces impulsar la reforma agraria que la venía dilatando para satisfacer los intereses de los terratenientes y profundizar su proclamado “nacionalismo revolucionario”, lo que no pudo cumplir, pues más bien la movilización social precipitó el golpe militar derechista de Durán Arcentales y el triunvirato militar el 11 de enero de 1976, que profundizó la política represiva contra las organizaciones campesinas y obreras. Para desmontar la movilización campesina la dictadura dictó la Ley de Fomento Agropecuario y amplió los proyectos de Desarrollo Rural Integral.[6]
Luego del Consejo Nacional (mayo de 1976), el XII Congreso Nacional (julio de 1976) y el Congreso Extraordinario de la CEDOC, se decidió proclamar mayoritariamente a la central como “clasista y socialista” lo que provocó una actitud divisionista de la democracia cristiana y de la CLAT designando una directiva paralela que fue reconocida por la dictadura militar. Fue elegido presidente de la CEDOC Emilio Velasco que a la vez era el secretario general de la FENOC.
Entre el 30 de septiembre y el 1 de octubre de 1977, se reunió el V Congreso Nacional de la FENOC con más de 400 delegados que eligieron secretario general a Mesías Tatamuez, iniciando su largo período de dirigencia nacional hasta su muerte, pues después de su exitosa gestión y fortalecimiento de la FENOCIN y del histórico congreso de Picalquí de 1986, se encargó en los años noventa de la presidencia de la CEDOCUT y fue electo y reelecto para esa función por varios períodos.
En su mensaje al final del primer Congreso que lo eligió dirigente Nacional, dijo el 1 de octubre de 1977, lo que sería línea permanente de su liderazgo popular:
“Al analizar la situación del país hemos visto la necesidad de que nuestra lucha se dirija con independencia de clase, confiando en nuestra capacidad de lucha y no en los amarres, pactos o componendas. Descubrimos (en este análisis) las posiciones vanguardistas, divisionistas y oportunistas que son negativas para nuestro avance revolucionario”
“Hemos llegado, también, a autocriticarnos con valor y decisión para lograr el avance de nuestra organización, corrigiendo errores”.
“El camino es muy duro todavía para llegar a construir una patria libre y justa, en que los trabajadores podamos elegir libremente nuestro destino, sin ser explotados ni utilizados por nadie. Pero el reto lo hemos tomado y seguiremos firmes en ello…” [7]
Si bien Mesías formó parte del MRT desde su conformación en marzo de 1977, luego de la muerte de Fernando Velasco en un trágico accidente de tránsito en 1978, en el que el también Mesías se encontraba, con varios de sus integrantes a nivel nacional se sumaron al Partido Socialista en 1982, promovieron con entusiasmo su reunificación entre 1983-1987 y formaron parte de su dirección nacional y provincial en varias ocasiones. Mesías tuvo, sin embargo, eventuales distanciamientos por discrepancias con algunos de los dirigentes nacionales del PSE, pero finalmente retornaba a una militancia siempre activa y crítica.
Proclamando siempre la autonomía en la lucha de la clase obrera y los sectores populares para que éstos no se subordinen a los intereses burgueses, oligárquicos y partidistas, Mesías y las centrales obreras agrupadas en el FUT, del que fue en reiteradas ocasiones su presidente de turno, fueron opositores tenaces a los gobiernos de turno: al de Febres Cordero, por su política represiva violatoria de los derechos humanos y antipopular; al de Borja por sus reformas laborales flexibilizadoras; a Durán Ballén por introducir en el país el neoliberalismo; a Bucaram y Alarcón por sus decisiones anti-obreras; a Mahuad por el feriado y el peculado de los fondos públicos y privados en el feriado bancario; a Noboa, Gutiérrez y Palacios por sus políticas antipopulares y de flexibilización laboral; a Correa por su política divisionista de las organizaciones populares y por sus decisiones autoritarias, represivas y corruptas; a Moreno, Lasso y Noboa por reforzar el neoliberalismo en el país y limitar la organización sindical y en especial afectar los derechos laborales y sociales.
En 2019 acogió, con auténtico compromiso y empeño, la iniciativa de conformar una Comisión Nacional Anticorrupción que ha cumplido cabalmente su función hasta la actualidad, con amplio respaldo social y ciudadano.[8]
La oposición a los gobiernos nunca fue ciega siempre planteó alternativas válidas para ampliar derechos, generar empleos, proteger e incorporar a la seguridad social y a la estabilidad laboral a los trabajadores autónomos. Con un amplio debate y propuestas innovadoras se abanderó de la necesidad de que se apruebe un nuevo Código del Trabajo, contando con un diálogo con sectores empresariales y el asesoramiento de la OIT y de otros organismos internacionales.
En su dilata lucha social combatió con fuerza a los divisionistas y manipuladores de las organizaciones populares, sindicales y campesinas con nombres, apellidos y filiación política, pero siempre fue partidario de promover y concretar la más amplia unidad del pueblo y de sus organizaciones, sin renunciar a las diferencias y a las discrepancias constructivas.
- SU LEGADO DE LUCHA, HONESTIDAD Y AMISTAD.
Mesías, en su entorno de la CEDOCUT, formó un equipo de trabajo compuesto por Edwin Bedoya, Juan Varelis, Jorge Martínez, Fanny Pozo, Norma Yugcha, Andrés Arce, Roberto Vera, Oswaldo Pinela, Roberto Aguirre, Pamela Morales y otros compañeros en cada una de las provincias y de las organizaciones nacionales y locales. A ellos corresponde, responsablemente, asumir su legado de lucha, consolidar la central sindical y conducirla por el sendero de la unidad y honestidad trazada por él durante toda su vida.
Su legado de acción y lucha sindical, social y cultural es enorme y deberá ser valorado también por la sociedad ecuatoriana y por todos los trabajadores del campo y la ciudad y los sectores marginados y discriminados que siempre tuvieron en él una voz de apoyo inclaudicable. Comparto con Enrique Ayala que “deja una huella en la historia social del Ecuador del último medio siglo” y que “su ausencia será sentida en medio de la crisis que nos agobia y de la lucha social que supo levantar y será indispensable para el futuro de nuestra patria”.[9]
Resalta, en su dilatada trayectoria de más de cincuenta años, su integridad y honestidad a toda prueba. Como dirigente campesino, obrero y popular jamás exigió ni aceptó ningún beneficio, ninguna prebenda. En muchas oportunidades de tomas y distribución de tierras de las organizaciones campesinas, cooperativas y populares, le ofrecieron que se convierta en propietario de lotes de terrenos y siempre declinó y hasta se indignó por tales propuestas. En las organizaciones obreras y de empleados públicos jamás aceptó honorario o beneficio alguno, y en alguna ocasión le dijo a uno de sus hermanos: “A tu hermano nunca se le pega nada”.
Mesías Tatamuez se mantuvo incólume en su honestidad y desprendimiento en su contribución a la lucha popular. Decía que “ningún gobernante, ministro, funcionario o empresario podrán enrostrarle haber obtenido ningún beneficio o prebenda de la lucha en la que él ha participado”. Jamás solicitó cargos para sus allegados y familiares, provocando muchas veces molestias y enojos. [10]
Combatió tenazmente por los trabajadores, por su gente, de manera permanente y sin descanso, y para él solo tenía lo básico para vivir. Esa consecuencia, honestidad, firmeza, es el mejor legado que deja a sus seres queridos, a sus hijos, a quienes siempre de manera severa les advertía que sean correctos, que luchen con esfuerzo y capacidad para sobrevivir y que conserven su trabajo con dignidad. A su hijo Ernesto le dijo sabiamente: “Si un día actúas mal, al siguiente te irá mal en la vida”.[11]
Fue muy afectuoso y solidario con su familia, sus hermanos, sus hijos y con su incondicional compañera de vida Hilda Díaz. Siempre solidario con sus amigos. Amigo de verdad que no ponía condiciones. Lo vamos a recordar siempre así: terco, tenaz, trabajador incansable, de gran sabiduría popular, generoso y afable con todos, en el compromiso de vida de convertirse en un hombre nuevo a carta cabal.
A nombre de los militantes socialistas que compartimos por años su lucha política y social, de mi esposa Silvia y de mis hijos Paúl, Gabriela, Daniel y María Paula, que apreciaron siempre su amistad y sus valores, hoy levantamos su ejemplo y nuestro puño en su memoria. Le decimos: querido amigo y compañero Mesías “Hasta la Victoria Siempre”.
Referencias.
[1] Sus padres fueron Manuel Mesías Tatamuez y María Serafina Moreno que tuvieron seis hijos. Mesías engendró seis hijos: Betty, Lenin, Lorena, María Tacha, Lenin, Tania y Ernesto. En los últimos veinte y cinco años compartió su vida con Hilda Díaz Morocho.
[2] Referencia de sus hermanos Segundo Lauro y Víctor Tatamuez Moreno, 1 de noviembre de 2024.
[3] Información de Gladys Tatamuez, el 1 de noviembre de 2024.
[4] CESA (1967), fundación de desarrollo rural y agraria dirigida por Fausto Jordán. FODERUMA (1978) fondo de desarrollo rural marginal del Banco Central del Ecuador, creado por Rodrigo Espinosa y en el que laboró Fernando Velasco Abad.
[5] Fabián Zurita, “Fernando Velasco en la historia de la CEDOC”, en el Seminario “El legado intelectual y político de Fernando Velasco Abad” en FLACSO, 2013, Quito.
[6] Víctor Granda Aguilar, “La Proyección del 15 de Noviembre de 1922 en la Realidad Histórica y Actual del Movimiento Obrero, en “15 de Noviembre, Cien años 1922-2022”, editor Germán Rodas, (Quito: UASB-Ediciones La Tierra, 2024).
[7] Informe del 5to Congreso Nacional de la FENOC, Quito: 30 de septiembre-1 de octubre de 1977.
[8] Coordinadora Unitaria de Trabajadores, Indígenas, Campesinos y Organizaciones Populares del Ecuador, Riobamba, 30 de mayo de 2015.
[9] Enrique Ayala Mora, La ausencia de Mesías, Opción S, 1 de noviembre de 2024.
[10] Testimonios de sus hermanos Segundo Lauro y Víctor Tatamuez y de su sobrina Gladys .el 1 de octubre de 2024.
[11] Testimonio de su hijo Ernesto Tatamuez Martínez, el 1 de octubre de 2024.
Docente de derecho en la Universidad Andina Simón Bolivar (UASB). Doctor por la Universidad de Salamanca (España). Ex diputado por el Partido Socialista Ecuatoriano (PSE).