Rafael Pacheco G.
El difícil escenario que enfrentamos, responde a un proceso cíclico donde el errado manejo de la economía por parte de los diferentes gobiernos de turno tiene como denominador común un abultado déficit fiscal que en la actualidad bordea los 3.500 millones de dólares. Todos los esfuerzos por disminuirlo motivan un ejercicio enorme de “creatividad” principalmente alrededor de las políticas de subsidios, nuevos impuestos, mayor endeudamiento externo, emisión de bonos basura, preventa de petróleo a los mismos de siempre en condiciones espantosas y otras que apuntan a la reducción del tamaño del Estado. La discusión sigue siendo la misma desde hace muchos años atrás y está enfocada siempre en resolver los problemas del corto plazo a partir del análisis de las diferentes coyunturas.
La última revuelta popular en el país es el reflejo de la grave crisis que atravesamos. Legítima desde todo punto de vista, salvo por condenables hechos de violencia, destrucción y vandalismo, (espacio donde el correísmo adquiere una parte del protagonismo).
Sin embargo, debo decir que la protesta carece de valor cuando no va acompañada de propuestas que procuren soluciones no solo para el corto plazo, sino principalmente para el mediano y largo plazo que garanticen el crecimiento con igualdad. El enfoque debe orientarse sin duda a procurar la distribución más justa de la riqueza, sin atravesar necesariamente por la afectación a la propiedad, pero si por la generación de condiciones específicas soportadas en política pública que fomenten la producción y el empleo específicamente en el sector de las MiPYMES en donde se concentra más del 65% de las plazas de trabajo en el país.
En un primer ejercicio observamos que las propuestas para el corto plazo, necesarias sin duda, están muy nutridas. Desde mi perspectiva identifico algunas de las más importantes:
- IVA diferenciado con 2 puntos adicionales para el consumo suntuario
- Impuestos directos a la utilidad financiera. ¡Es una actividad que nunca pierde!
- Focalizar el subsidio de la gasolina extra y eco en el transporte público y de carga y mantener el subsidio al diesel. En el periodo 2007-2016 el 46% del total del subsidio de los combustibles se dirigió al transporte. A su vez dentro del mercado automotriz, las gasolinas extra y súper con etanol, tienen la mayor participación con el 48.7% seguidas del diesel con el 42.9%.
- Impuesto sobre el patrimonio de corte progresivo tanto para personas naturales como jurídicas a partir de la definición de bases mínimas (apuntala el concepto de distribución justa).
- Disminución del gasto corriente en el sector público no asociado a sueldos, salvo en el caso del jerárquico superior.
- Unificar los seguros sociales IESS, ISSFA, ISSPOL
- Eliminar subsidios perversos como el que asume el Estado al financiar la remediación ambiental cuando las empresas no asumen esa obligación, tarifas preferenciales por el consumo de electricidad o el uso hasta gratuito del agua en actividades extractivistas, diversos tipos de exoneraciones tributarias y arancelarias a las mineras, etc.
- Eliminar las remisiones de intereses, multas y sanciones que en el 2018 reportaron beneficios para los 50 mayores deudores del SRI por un monto cercano a los 1.340 millones de dólares.
- Reingeniería técnica a las empresas del Estado para convertirlas en actores rentables que generen ingresos al fisco.
Estas y otras alternativas sin duda generarían ingresos importantes que al momento de distribuirlas deben aportar a disminuir el déficit fiscal, pero también deben contribuir a reducir la concentración de la riqueza a través de mecanismos como:
- Fortalecer el actual programa de transferencia monetaria hacia los quintiles más pobres. El Bono de Desarrollo Humano puede aumentar del monto y número de beneficiarios y su destino asociarlo a procesos o encadenamientos productivos planificados como los clústeres.
- Asignar una pensión mínima para adultos mayores de corte regresivo. En la actualidad el 40% más pobre recibe menos del 10% del total de pagos de pensiones.
- Ampliación de la cobertura y servicios de salud, etc.
El reto aquí es superar el escenario del corto plazo con la ejecución de las medidas requeridas de manera urgente, caso contrario ocurre lo de siempre: superamos su horizonte de tiempo y el mediano y largo plazo nunca llegan porque volvemos al círculo vicioso de enfrentar otras coyunturas que nos vuelven a insertar en el análisis e identificación de nuevas propuestas para el corto plazo.
Es mandatorio entonces trabajar paralelamente para el mediano y largo plazo. El enfoque debe orientarse a la construcción de un modelo que no reproduzca la concentración inequitativa de la riqueza.
En el 2006 en el Ecuador estaban operativos 62 grupos económicos, cuyos ingresos por ventas eran de USD 17.083 millones, equivalente al 36,5% del Producto Interno Bruto (PIB). Años más tarde, en 2015, los grupos económicos suben a 200, y sus ingresos aumentaron a USD 57.475 millones, que representa el 57,4% del PIB. La reproducción de este esquema ya nos está pasando factura y tal vez el mejor ejemplo del resultado de un modelo concentrador es lo que está ocurriendo en Chile en donde el 1% de la población concentra el 33% de los ingresos en ese país.
La propuesta se enfoca en la producción y en la generación de empleo sostenible con los mayores actores de la economía que son las MiPYMES cuyo potencial de desarrollo está limitado entre otras razones porque son empresas que en su mayoría operan individualmente y con patrones de producción poco competitivos que dificultan su inserción exitosa en los mercados, en los encadenamientos y peor aún en las exportaciones.
Solo el 6.7% de las MiPYMES están en capacidad de exportar, actividad crucial no solo para su crecimiento sino para aportar al sostenimiento de la dolarización en el Ecuador.
Partamos entendiendo que el principal problema por el que atraviesa el sector productivo en nuestro país es la desarticulación de actores y objetivos. El Estado, el sector privado y la academia impulsan diferentes iniciativas por separado duplicando esfuerzos y recursos que a la luz de los resultados mantienen la estructura del sector productivo intacta desde hace más de 50 años (%/PIB). El sector primario aporta en promedio con el 18%, el secundario con el 13% y el terciario con el 66%. Las exportaciones observan un comportamiento también inalterable en donde el 80% provienen del sector primario y el 20% restando corresponden a productos industrializados.
Procurando explicar el comportamiento tan horizontal del sector productivo, nos encontramos con políticas públicas que fomentan el desarrollo individual de los sectores, con un capital social que evidencia el predominio de lo individual sobre el trabajo colectivo, con brechas tecnológicas, productivas y de gestión muy grandes entre las empresas que concentran la riqueza y las MiPYMES, serias restricciones de acceso a las fuentes de financiamiento entre otras razones.
Frente a este escenario, es urgente rediseñar y reestructurar el aparato productivo que sin duda es el de mayor potencialidad en el país. No podemos seguir dependiendo de la ineficiencia del sector público y ser espectadores de la voracidad de las grandes empresas. Las iniciativas CLUSTER representan un modelo de gestión que nos permite construir nuestra propia riqueza. Son similitudes productivas en determinadas regiones en donde asociaciones de productores, cooperativas, empresas geográficamente próximas o dispersas colaboran para ser más productivos y competitivos.
La visión se asienta sobre el impulso a las micro, pequeñas y medianas empresas con proyectos viables que garanticen su sostenibilidad y la generación de fuentes de empleo.
Veamos sus principales características:
- Son potentes instrumentos para la generación de valor agregado, encadenamientos productivos, innovación, modernización e internacionalización de empresas.
- Se convierten en importantes canales de comercialización con alta capacidad de negociación.
- Tienen mayor capacidad de respuesta frente a la demanda de mercados locales e internacionales.
- Hacen masa crítica para acceder a talento humano, materiales, insumos, materias primas, tecnología, innovación, mercados especializados.
- Promocionan y facilitan el desarrollo de sectores estratégicos para las regiones donde se implementan.
- Disminuyen la precarización del trabajo, generan plazas de trabajo permanentes y aportan a la formalización de las MiPYMES
- Administran costos y procesos de manera más eficaz y eficiente
- A decir de la CEPAL, son el sentido mismo del desarrollo.
El modelo supone entender a las pequeñas empresas como los actores más importantes del crecimiento, superando paradigmas de corte cultural, ideológico, político o de otra naturaleza que no reconocen a ellas como las mayores generadoras de fuentes de empleo que, además, motivaran una disminución importante en la brecha de la desigualdad.
En este sentido difiero del planteamiento de la CONAIE que propone volver a esquemas de agricultura familiar campesina y comunitaria que ya ha evidenciado por muchos años la reproducción de un sistema pobre y miserable que nunca reporto mejoras en el nivel de vida de los indígenas y campesinos en general.
La iniciativa CLUSTER aborda los procesos centrales del proceso productivo alrededor del cual, y desde una perspectiva sistémica, deben integrarse todas las políticas y estrategias que garanticen la sostenibilidad y crecimiento de las empresas que integren los clusters. Los objetivos asociados tienen que ver necesariamente con conceptos como la calidad de los productos, incorporación de valor agregado, la innovación, la productividad, la competitividad, el garantizar la soberanía alimentaria, eliminar la intermediación tanto en mercados locales (reduciendo significativamente los niveles de precios en la economía) como internacionales mejorando los retornos para los productores.
Como complemento de los procesos centrales identificados en la gráfica, están los de soporte: financiamiento, logística, tecnología, capacitación y asistencia técnica.
La ejecución del modelo incluye la constitución de un Fondo de Sostenibilidad para el desarrollo de actividades de corte ambiental, innovación, incubadoras, tecnología (I+D+I), certificaciones internacionales, etc.
Su administración debería estar a cargo de una organización que, integrada por representantes del sector público, privado y la academia, orienten su actividad exclusivamente al fomento de las MiPYMES.
Sin duda hay mucha más complejidad alrededor del modelo propuesto que en términos de dinamización de la economía supondrá una mayor recaudación de tributos, la estructuración de una base mayor de contribuyentes a partir de la formalización de las MiPYMES (actualmente alrededor del 70% son informales), inclusión financiera a través de una eje financiero propio en donde la EPS cumple el rol estelar junto a una banca de fomento que podría constituirse con la integración de BanEcuador y el Banco del Pacifico.
En el mundo hay suficiente evidencia de que el crecimiento económico inclusivo, igualitario y ambientalmente sostenible es el mecanismo para sacar a la población de la pobreza y mejorar su calidad de vida expandiendo la educación, la salud y la nutrición de sus pueblos. En esa perspectiva en nuestro país, el sector productivo, motor del crecimiento, requiere de cambios disruptivos urgentes.
Formación profesional en Economía con especializaciones en Preparación y Evaluación de Proyectos de Inversión, Planeación Estratégica, Inteligencia de Mercados e E-Commerce. Mas de 25 años de experiencia en el sector productivo y de exportación, desarrollo de modelos e indicadores de gestión, capital de riesgo, certificaciones internacionales, apertura de mercados, cadenas logísticas y comercio justo.