A propósito del proceso de reforma a la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES), Opción S entrevistó a Cira Fernández Espinosa, docente de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Técnica de Machala (UTMACH); para conocer su criterio respecto a aspectos fundamentales como autonomía, conformación del Consejo de Educación Superior (CES), calidad y ampliación de la matrícula. Cira es Phd en Filosofía por la Universidad de Sofía (Bulgaria) y Phd en Humanidades por la Universidad Pública de Navarra; actualmente es vicepresidenta del Partido Socialista Ecuatoriano (PSE).
¿Por qué es necesario una reforma a la LOES?
La LOES del 2010 está planificada para afectar tres niveles: estructural, de gestión y la evaluación; los tres refuerzan el control de los organismos gubernamentales. Uno de los problemas de mayor peso es la ruptura de la autonomía universitaria, tanto en las dimensiones internas: dirección compartida de los estamentos; como en la dimensión externa: intromisión del Estado y poderes no formales en el gobierno universitarios. La reforma a la Ley es necesaria para que la Universidad recobre su autonomía, liberándose de la centralización del poder interno y evitando los frecuentes rectores.
¿Cuál es su opinión general sobre la propuesta de reforma presentada por el Ejecutivo?
Según consta en proyecto de ley entregado a la Asamblea Nacional el martes 17 de agosto de 2021, este contempla tres ejes: libertad y autonomía para decidir, (que ya constan en el Art. 18 de la LOES 2018), ampliar la oferta académica y mejorar procesos de admisión. Para cumplir con los dos últimos, que son necesarios, la Universidad necesita presupuesto y el gobierno no contempla ese aspecto, más bien hay reducción de este, por lo tanto, el proyecto quedará en simple propuesta.
Es importante una reforma integral de la LOES, para que la Universidad pueda autorregular los procesos administrativos, autorregular el proceso de admisión, ampliar la oferta académica tomando en consideración las demandas sociales, económicas y prácticas culturales.
Más allá de todo ello, es fundamental que el proceso de reforma asegure una educación de calidad, laica y gratuita.
¿La reforma confunde autonomía con desregulación del sistema de educación superior?
La autonomía no se contrapone a la regulación. Hay que determinar los mecanismos, por ejemplo, si las universidades se autorregulan a través de sus propios representantes elegidos por la comunidad universitaria, es lo legítimo; pero si se pretende regular procesos académico-administrativos desde fuera, con organismo burocráticos montados para el efecto, con concursos amañados, es obvio que se atenta contra la autonomía. Autonomía sin autorregulación va a provocar el voluntarismo que terminará afectando a la calidad.
¿Qué opina sobre la actual conformación del Consejo de Educación Superior (CES)?
La conformación del actual CES, con 6 miembros seleccionados mediante concurso y cuatro representantes del Ejecutivo, no es un organismo representativo y deliberante de las Universidades, para que lo sea debe conformarse con delegados nombrados por los docentes de diferentes Universidades, de acuerdo a los requisitos que establezca ley, de esta manera se podrá cumplir con procesos de autorregulación con un conocimiento objetivo de las necesidades del sistema de educación superior.
El presidente Lasso planteó en campaña electoral la eliminación de la SENESCYT, ¿es esto viable?
La SENECYT como mecanismo de coordinación entre la función ejecutiva y el Sistema de Educación Superior, a la larga, se constituyó en la camisa de fuerza de las universidades, en el organismo controlador a conveniencia del Ejecutivo.
Sus informes son la última palabra para las resoluciones de interés de las universidades, por lo tanto, debe reorganizarse esta instancia para construir un organismo coordinador y planificador que se integre con profesores elegidos por las propias universidades, que deben representarse a sí mismas.
Una demanda de las y los jóvenes del país es ampliar la matrícula en las universidades públicas ¿Cómo lograr un mayor a…
El acceso a las Universidades debe ampliarse, sin embargo, esto depende de algunas condiciones: aumento de presupuesto universitario para asegurar la gratuidad de los estudios, así como contar con el número de académicos capacitados para el efecto. Algo igualmente importante es realizar los propedéuticos previos al ingreso, para disminuir las desigualdades con las que egresan los bachilleres. De igual forma, es vital reabrir carreras intermedias en la Universidad, los institutos de Educación Superior e Institutos Pedagógicos, que aseguren menor tiempo de permanencia de los jóvenes en el nivel superior y sean una opción viable para incorporarlos a un trabajo digno.
