Valeria

Valeria

Soledad Angus

Este artículo debía ser sobre el femicidio en lo que va de la pandemia; sin embargo, en cierto punto considero que las cifras nos deshumanizan. Las muertas que deja el machismo son más que una estadística, son mujeres con sueños, con metas, proyectos de vida, son hijas, madres, hermanas, son amigas, son seres humanos completos y complejos, definitivamente más que una fría cifra.

Hoy no quiero hablar del femicidio en abstracto o desde la periferia, hoy quiero que no se nos olvide su nombre: Valeria. Tenía 24 años, era madre un niño de 5 años, la “hermana sánduche” -como le decía su mamá- de tres hermanos, trabajaba y estaba ahorrando porque quería estudiar cosmetología, era alegre y decidida.

En octubre de 2019, mientras la atención de todo el país estaba puesta en el paro nacional, una escalofriante noticia recorrió los medios: “Hallan cuerpo de una mujer entre los matorrales”[1], “Esmeraldeña fue asesinada al tomar taxi ‘pirata’ en Guayaquil”[2], “Migrante fue asesinada antes de llegar a su casa”[3]. Según todas las noticias de ese entonces, Valeria Vargas Campos había sido víctima de un secuestro extorsivo al tomar un taxi desde el aeropuerto de Guayaquil junto con su esposo y su hijo, los tres venían de España, donde residían. Luego de tomar el supuesto taxi ese 7 de octubre de 2019, el esposo de Valeria y su hijo fueron abandonados en un despoblado en Guayaquil, y cerca de esa misma zona fue encontrado el cadáver de Valeria al día siguiente.

Según las versiones preliminares de J.P.P.G., esposo de Valeria, tomaron un taxi pirata a las afueras del aeropuerto debido a que los taxis formales eran muy costosos; ya en la ruta los interceptaron dos sujetos quienes les robaron todas las pertenencias y abandonaron a J.P.P.G. y a su hijo y se llevaron a Valeria. Un recuento que a doña Anabel, madre de Valeria, nunca le pareció convincente por sus constantes contradicciones.

Doña Anabel ha convertido su dolor en fuerza y el motor que la ha impulsado a buscar justicia, y gracias a su incansable lucha, meses de sufrimiento e investigaciones revelaron lo inimaginable: la muerte de Valeria no fue producto de haber tomado un taxi al azar y delincuencia común; sino un meticuloso y planificado femicidio.

Conexiones, informes investigativos y periciales han evidenciado lo peor, con lo cual la fiscalía ha formulado cargos por el delito de femicidio contra J.P.P.G. y otros cuatro implicados, en una extensa investigación que se encuentra próxima a cerrarse, luego de lo cual, estos cinco sujetos deberán ser llevados a juicio; empero, hoy por hoy J.P.P.G., se encuentra prófugo.

En las investigaciones también se han constatado los escenarios previos de violencia intrafamiliar y amenazas de quitarle a su hijo y de muerte a las que era sometida Valeria por parte de su esposo mientras residían en España, por lo cual semanas previas a su muerte Valeria solicitó judicialmente el divorcio. No obstante, vinieron juntos a Ecuador pues la supuesta promesa de su cónyuge era que si venían de vacaciones y no lograban conciliar, él le daría el divorcio a su regreso. Pero Valeria nunca regresó.

Fuente: Telesur

Esta visión patriarcal de las mujeres como pertenencia, este “si no eres mía, no serás de nadie”, nuevamente cobra una vida, porque el machismo es así de extremo, el machismo mata. Los femicidios no se producen por un hecho aislado sino por una cadena sucesiva-temporal de eventos y manipulaciones que se logran constituir en un verdadero caso de violencia doméstica en los cuales el femicidio es tan solo el eslabón final de dicha cadena de violencia.

En el año 2019, se reportaron en Ecuador 106 femicidios y Valeria agrega uno más a la lista. Pero no hay voluntad política real para afrontar esta problemática, pues incluso en el Informe de la Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer del 22 de mayo de 2020, se ha reconocido que es la labor que realizan las organizaciones de mujeres a nivel local la que se ocupa de cuantificar los asesinatos de mujeres por razón de género.

Ha señalado también la relatoría que en Ecuador la violencia doméstica, incluido el abuso físico, sexual y psicológico, se sigue considerando un asunto privado y no una cuestión de interés público en la mayor parte del país; que no existe aún suficiente información acerca de la incidencia de la violencia doméstica, en parte debido a la falta de conciencia pública sobre este problema social, al temor a las represalias y al estigma, a la falta de confianza en las fuerzas del orden y a la baja calidad de los servicios y mecanismos de protección existentes para las víctimas de la violencia. Y así, en este contexto de violencias el gobierno redujo el presupuesto para la implementación de la Ley para Prevenir y Erradicar la Violencia contra la Mujeres.

Lastimosamente, la lucha contra la violencia de género no pasa de ser una bandera propagandística para ciertos políticos, por lo que este es el momento de exigir planes y programas concretos para combatir esta problemática.

El camino investigativo para doña Anabel, madre de Valeria, ha sido largo y ha reflejado que, así como hay funcionarios comprometidos contra la violencia de género, también sigue siendo necesaria la capacitación transversal en una perspectiva de género. Por eso hoy los invito a unirse a esta madre en el pedido de #JusticiaParaValeria

Fuente: Cortesía

Que no se nos olvide su nombre ni el de tantas por quienes muchas otras no descansaremos hasta conseguir justicia. Por Valeria, por Adriana, por Gabriela, por todas. Nadie se cansa.

Referencias:

[1] https://www.eluniverso.com/noticias/2019/10/08/nota/7552274/hallan-cuerpo-mujer-matorrales-pascuales

[2] https://www.lahora.com.ec/noticia/1102278300/esmeraldena-fue-asesinada-al-tomar-taxi-pirata-en-guayaquil

[3] https://www.pressreader.com/ecuador/diario-expreso/20191009/281539407709472

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Abogada, feminista, articulista de opinión y miembro del colectivo Aborto Libre Guayaquil.

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