DESMITIFICAR LA PLANIFICACIÓN

DESMITIFICAR LA PLANIFICACIÓN

Luis Sacoto

En los últimos años, en Ecuador, sus ciudades y parroquias están empeñadas en actualizar sus Planes de Ordenamiento Territorial (PDOT) y Planes de Uso y Gestión del suelo (PUGS); sin embargo, resulta que, en un altísimo porcentaje, no lo han podido hacer dentro de los plazos establecidos por la Ley, incluso de la ampliación otorgada, entre ellas se encuentra nuestra ciudad. 

Esta realidad se desprende, estimamos, de ciertas falencias que tienen las leyes que generan estas necesarias herramientas de planificación. Es un hecho, cierto también, que, cuando existe incumplimiento generalizado, no necesariamente es imputable a quienes lo hacen, sino a la propia Ley por su falta de objetividad; más allá de las responsabilidades administrativas que se puedan generar, se puede colegir que existe confusión de los contenidos y sobre todo de la práctica planificadora establecidas en el COOTAD, la LOOTUGS y su Reglamento, produciendo este incumplimiento. 

Nuestra experiencia en planificación nos ha hecho definir a esta, como una responsabilidad compartida y obligatoria; sin embargo, todos los planes de las dos últimas décadas han fracasado, simple y llanamente porque no son aplicables y se ha dejado de lado la participación responsable del ciudadano. Los gremios profesionales, que dicho sea de paso también tenemos nuestra responsabilidad en este fenómeno incumplidor, las organizaciones sociales, los estamentos barriales, son llamados a participar en grandes asambleas ciudadanas y en un solo día se consuma la participación social y se dan por “socializados” y aceptados planes mal formulados; Para evitar el fracaso, se hace necesario tomar la planificación urbana y rural, como un proceso de real participación social, recurrente en el tiempo y en el espacio; es decir que la gente planifique junto a los técnicos municipales y consultores en todas las etapas, desde el diagnóstico hasta la propuesta y se debe retomar el rumbo como un solo proceso la planificación y con modelos de gestión que permitan mejorar la vida de todos en ciudades habitables en plena armonía, con salud y seguridad.  

Ahora bien, las acciones necesarias de los involucrados en este incumplimiento, a esta altura del partido, deben ser creativas y partirán de una acción conjunta ciudadanía-GAD para que los contenidos sean completados de manera técnica y acorde a la realidad de cada Gobierno Autónomo Descentralizado, a través de una nueva prórroga en la cual estos contenidos y las ordenanzas de sustento deben ser socializados de manera que sean analizados por los interesados y sean ellos quienes emitan sus observaciones, tomando todas aquellas que sean pertinentes. 

Por último, es necesario dejar sentado que se deben revisar profundamente los contenidos que guían la planificación dentro del COOTAD, la LOOTUGS y su Reglamento, además de sus Leyes conexas, para que los próximos periodos entremos en el verdadero cambio de la práctica planificadora, en la cual, el ciudadano urbano y rural, sea el protagonista de la formulación y puesta en práctica de los planes urbano parroquiales y la planificación deje de ser un mito.  

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