Por: Valeska Chiriboga Escobar La democracia en Ecuador siempre se ha asemejado a un juego político en donde unos pocos, elecciones tras elecciones, sueñan con alcanzar el poder porque argumentan que ellos poseen la receta “perfecta” para “solucionar” este país; otros pocos, efectivamente, alcanzan el poder y una vez dentro