Kruskaya Hidalgo Cordero “¡No pasó!”. Una noticia que, como fuego en la selva, devoraba todo a su paso. Caras aturdidas, furiosas, desoladas. “¿Pero es seguro?” “Si. Nos odian. ¡Votaron en contra!”[1]. El martes 17 de septiembre, se manchaba de sangre la Asamblea Nacional. Sangre de todas las mujeres que mueren
