LATAM y FMI: de la soberanía ‘real’ a la de papel

LATAM y FMI: de la soberanía ‘real’ a la de papel

Jorge Granda A

Entre las economías de la región, Ecuador y Argentina comparten aparentemente un ‘destino macroeconómico’ común a pesar de que la primera está dolarizada y la segunda cuente con moneda propia, y, que cada argentino en promedio disfrute 2.14 veces más en términos de ingreso por persona frente a un ecuatoriano promedio. Ambas, con los niveles de reservas internacionales más bajos en relación a su producto y con un ‘riesgo país’ por las nubes, arriba de los 1.000 puntos básicos han recurrido al FMI como ‘refugio’ de financiamiento de última instancia una vez finalizado el súper boom de materias primas y la posterior resaca que presupuso su fuerte recaída.

Enfrascadas en cruzadas contra la ‘larga noche neoliberal’, estas economías entre otras más, no aprehendieron al parecer las lecciones dejadas por las décadas perdidas de los 1980s y 1990s recreando en los hechos la máxima ‘no esperes resultados diferentes haciendo exactamente lo mismo’. Al exaltar como fin en sí mismo al Estado, la ‘nueva’ narrativa[2] termino menoscabando las posibilidades para la estabilidad macroeconómica de todo el ciclo económico, incluyendo la recesión, a contracorriente de lo observado en la gran mayoría de economías de la región –Chile, Brasil, Paraguay, Uruguay, Perú, Colombia– que, empero, continúan aún sin resolver igual que las primeras su inveterada especialización productiva basada en capital natural –de alto impacto ambiental– y menos propensa a la extensión de oportunidades y cambio tecnológico.

Con políticas menos expansivas, ese grupo de economías logran estabilizar el ciclo de subidas y bajadas de las materias primas evitando así recesiones prolongadas y persistentes ─desempleo crónico, alta inflación, hiper devaluación─. En sus fases recesivas, ninguna de ellas ha recurrido al ‘doctor’ FMI ya que crearon fundamentos macro más sólidos y por eso mismo tienen capacidad de financiamiento externo de largo plazo y a tasas razonables, compatibles con sus niveles de crecimiento económico.

En la práctica y no solo en el discurso éstas últimas resultaron más soberanas ─más allá de sus variopintas preferencias ideológicas─ que las de retórica antimperialista radical. Al revés y como consecuencia de su política muy procíclica, el gasto e inversión pública en Ecuador han retrocedido en recesión por esta misma razón ya que literalmente ‘nos comimos el sándwich antes del recreo’.

PIB, RMI, Riesgo país, 2022

PIB

mm USD

RMI

mm USD

Participación

RMI/PIB

Riesgo País
Brasil 1.924 324 17% 259
Perú 225 74 33% 190
Ecuador 106 9 8% 1.945
Argentina 631 41 6% 1.704

Durante gran parte de la expansión de los 2000s su hiper activismo condujo a la economía ecuatoriana a que su superávit del balance petrolero, o, equivalentemente el déficit del balance no-petrolero supere los 10 puntos del producto real. En sus momentos más expansivos, 2005-2009 y 2010-2014, el déficit comercial no-petrolero alcanzo respectivamente 11,2 y 11,9 puntos del producto. Su financiamiento, casi simétricamente, opero monetizando el resultado superavitario del balance petrolero, 12,3 y 8.4 puntos, en su orden. Como fácilmente se puede deducir, esta economía incluso antes de que concluyera el boom requirió de financiamiento creciente para luego incurrir en endeudamiento insostenible con rendimientos cercanos al diez por ciento y vencimientos no mayores a cinco años desde finales del 2014.

Bajo estas condiciones, el peso de los déficits fiscales actuales debe mirarse en un contexto más amplio incorporando crecimiento económico, nivel de deuda, costo de su servicio y saldo entre recaudaciones impositivas y egresos fiscales.

Así, manteniendo el actual nivel de déficit de 2 a 3 puntos porcentuales del producto, y con una carga combinada entre nivel de deuda ─alrededor de 70 mil millones─ y una tasa promedio por su servicio cercana al 5%, la economía debería crecer a más de 4%; situación, evidentemente poco probable dado el actual entorno local e internacional.

Urge, consiguientemente, moderar el déficit y sobre todo reducir el costo del servicio de su deuda; esa moderación, sin embargo, debería combinar impuestos progresivos y mejoramiento de la calidad del gasto; a su vez, avanzar en renegociaciones de deuda ya que la concretada en 2020 resulto claramente insuficiente.

Desde esta perspectiva más integral, el nuevo financiamiento que se anuncia por parte del FMI, luego de las señales enviadas tras el incremento del IVA, de cuatro mil millones de dólares debería contribuir a reducir el riesgo de contagio sistémico latente por sus efectos ‘roll over’ en la economía y simultáneamente apuntalar el crecimiento económico evitándose así la paranoia de austeridades extremas en una sociedad y economía con desempleo y subempleo lacerantes.

Reemplazando progresivamente capital natural por capital creado, generador de empleo de calidad, el crecimiento debería orientarse a sectores que incorporan conocimiento a la producción y exportaciones. En esta transición ‘desde dentro’ se requiere de una nueva generación de bienes públicos y colectivos en aras de proveer ‘economías externas de escala’ construidos en mancomunidad con los gobiernos descentralizados potenciando su importante financiamiento público para afianzar en territorios cadenas y clusters productivos junto a la creación de redes de protección social amplias sin descartar la acumulación de sus propios fondos anti-cíclicos que garanticen su sostenibilidad en el tiempo y mitiguen la fuente de inestabilidad penetrante vinculada a la volatilidad de precios subestimada por las políticas expansivas y prociclícas imperantes en Ecuador de forma consuetudinaria.

Biografía:

[1] Doctor en economía, docente e investigador universitario.

[2] Luego de la creciente evidencia alrededor de una corrupción penetrante y generalizada en medio de la inversión pública emprendida por esos regímenes queda ciertamente en duda sus convicciones sobre el papel del Estado como estrategia de desarrollo y como alternativa real a la agenda neoliberal.

Comparte:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.