La postergación de la primera infancia en el Ecuador

La postergación de la primera infancia en el Ecuador

Berenice Cordero

¿Cómo competirá el país en una economía mundial cada vez más compleja y digitalizada si uno de cada cuatro de sus niños tiene literalmente menos conexiones neuronales, esos enlaces electroquímicos que constituyen los cimientos del capital humano?[1]

La primera infancia es una etapa crucial.  Los primeros años de vida son críticos en términos de oportunidades para el desarrollo y los riesgos que se enfrentan.  Las condiciones en que un niño nace y crece son más importantes de lo que pensábamos.

Los factores de riesgo y las experiencias adversas tienen un efecto perverso en los primeros años de vida y marcan la trayectoria futura para su salud, educación y posibilidades de desarrollo[2].

En esta etapa vital del desarrollo, los bebés y los niños pequeños están literalmente moldeados por sus experiencias y dependen casi por completo de los cuidadores, como los padres, pero también es una etapa en la que los gobiernos y sus servicios, las propias familias, las comunidades y en general la sociedad civil tienen que apoyar para que superar las barreras que los niños y niñas enfrentan[3].

Durante la primera infancia, una red compleja de miles de millones de conexiones forma la arquitectura del cerebro, creando los cimientos para el aprendizaje y el comportamiento futuros. Las experiencias adversas como la desnutrición, la violencia, y la negligencia pueden causar «estrés tóxico», lo cual afecta el desarrollo neuronal, y aumenta la probabilidad de retrasos en el desarrollo de niñas y niñas.

Las tasas de mortalidad infantil y de la niñez son un reflejo del estado de salud de los niños y niñas menores de 1 año y menores de 5 años, respectivamente. Es un indicador de la vulneración del derecho a la vida. En el Ecuador estas tasas han retrocedido. En 2014, se  muestra una tasa de mortalidad infantil de 8,35 menores de 1 año fallecidos por cada 1.000 nacidos vivos, mientras que en 2022 subió al 8,6.  La tasa de mortalidad de la niñez menor de 5 años,  fue de 10,86  fallecidos por cada 1.000 nacidos vivos, en 2014, en 2022, fue de 10,6.

La vacunación completa y oportuna durante los primeros dos años de vida es clave para evitar enfermedades que pueden causar la muerte o afectar de forma duradera la vida de los niños y niñas.  En enero de 2021, sólo 65 de cada 100 hogares continuaron con la vacunación de niñas y niños entre 0 y 4 años, por miedo al contagio y el desabastecimiento de vacunas.

El acceso a educación inicial, es un derecho, entre los 3 y 4 años es fundamental para contribuir al pleno desarrollo de las facultades cognitivas y motrices de los niños y niñas. Según los registros administrativos de la matrícula del Ministerio de Educación, la matrícula en educación inicial fue de 124.540 niños y niñas, para 2022 llegó a 291.630, 90.677 en el grupo de 3 años y 200.966 en el grupo de 4 años.  Existen apenas 541 establecimientos de educación inicial del total nacional que es 15.502.  Sólo el 17% de niños y niñas de 0 a 3 años accede a un servicio de cuidado.

La desnutrición infantil en afecta al 25% de niños y niñas, en el sector rural puede llegar a al 40%.  Más del 80% de niños y niñas con desnutrición se concentran en sectores urbanos; un 55% no son pobres por ingresos.

1 de cada 10 niños y niñas menores de 1 año fue víctima de maltrato físico. 3 de cada 10 sufrieron maltrato psicológico, independientemente del nivel educativo de los padres. Las asignaciones familiares no contributivas (bonos) para niños y niñas cubren solo al 8.6% de esa población.

Intervenciones adecuadas pueden mitigar los problemas que obstaculizan y ponen riesgo el desarrollo infantil, como la desnutrición, experiencias de cuidado positivas centradas en el desarrollo infantil temprano, la protección de los ingresos de las familias, la provisión de agua segura y saneamiento en cada parroquia, en cada ciudad grande e intermedia.  El sistema de salud juega un rol decisivo para proteger los derechos de la primera infancia y apoyar a las familias durante el embarazo, la falta controles de salud, la carencia de alimentos, la insuficiencia de micronutrientes específicos, como zinc y hierro, impactará en sus hijos quienes tendrán más probabilidades de desarrollar retrasos cognitivos y déficit de atención.  Cualquiera de estas privaciones colocan en riesgo el desarrollo infantil.

Los niños pequeños son portadores de derechos. Ecuador no ha prestado atención suficiente a los niños pequeños en su condición de portadores de derechos, ni a las leyes, políticas y programas necesarios para hacer realidad sus derechos durante esta fase bien diferenciada de su infancia.  Las respuestas públicas deben considerar de forma holística los derechos de la primera infancia, teniendo en cuenta los principios de universalidad, indivisibilidad e interdependencia de todos los derechos humanos comunes y específicos propios de su edad.

Para el caso específico de Ecuador, de acuerdo con últimas estimaciones del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), por cada dólar adicional que se invierte en programas de calidad en el desarrollo de la primera infancia, el país recibe un retorno de entre USD$ 6 y USD$ 17.

Es decir, los niños ecuatorianos que escapan del retraso del crecimiento generan entre 5% y 50% más en ingresos cuando son adultos y tienen 33% más de probabilidades de salir de la pobreza[4].

Los paquetes de intervención intersectoriales se encuentran anclados en la protección social de la que disponen las familias de los niños en la primera infancia son esenciales, los cambios en la cultura de crianza de las familias son vitales e incluso gravitan más que la disponibilidad de ingresos,  la cobertura universal de salud materno-infantil, así como el incremento de servicios de cuidado infantil y educación inicial ya no pueden postergarse.  Una ley específica puede ser de utilidad, como la tienen Colombia, Perú, Chile o Brazil.

Referencias:

[1] Juan Pablo Guzman, REDNI

[2] María Elena Ubeda Castillo, Especialista en Desarrollo de la Primera Infancia, UNICEF-Oficina Regional, 2015

[3] Fundación Bernard van Leer, Malnutrition in the Early Years, Policy Brief, 2020

[4] Citado en Ecuador Crece sin Desnutrición.  Una Ruta Trazada Hacia la Erradicación de la Desnutrición Crónica Infantil. Gobernanza y Desafíos, Vicepresidencia de la República del Ecuador, Mayo 2021, María Alejandra Muñoz Seminario Vicepresidenta de la República del Ecuador

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Presidenta del Consejo Directivo del Instituto Interamericano del Niño y Ex Ministra de Inclusión Económica y Social. Ha desarrollado su trabajo profesional en varias instituciones como el Consejo Nacional de Menores, Centro de Capacitación y Formación de Educadores de la Calle, UNICEF, Instituto Nacional de la Niñez y Adolescencia.

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