Los 50 años de la muerte de Salvador Allende

Los 50 años de la muerte de Salvador Allende

Daniel Fernando Aguirre Reyes

Salvador Guillermo Allende Gossens nació el 26 de junio de 1908 en Santiago de Chile y murió el 11 de septiembre de 1973. Fue presidente de Chile desde el 3 de noviembre de 1970 hasta su muerte por medio de un golpe de Estado realizado por Augusto José Ramón Pinochet Ugarte.

La llegada de Allende al Poder

Su acceso al poder lo logró por medio de una coalición de partidos de izquierda denominada la Unidad Popular (UP), integrada por los partidos Socialista, Comunista, Radical, Social Demócrata, Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU); y, Acción Popular Independiente (API), alcanzando la mayoría simple de 36.6% de los votos, mayoría ratificada por el Congreso Nacional. Se debe destacar que no fue una amplia mayoría la que lo colocó en el poder, pero sí es importante resaltar que es el primer presidente socialista del mundo, siendo un ejemplo que muchos lograron perseguir.

Su forma de acceso al poder no tuvo medios beligerantes como en otros países, siendo el modelo del llamado socialismo democrático el que se presentó por medio de Allende, demostrando al resto del mundo que las ideas de izquierda, sobre todo las que corresponden a la ideología socialista, necesitan del apoyo del resto de la tendencia.

Si bien el porcentaje alcanzado para estar en el poder cumple con la mayoría simple, se podría ver gruesamente que el 63.4% no lo eligió, y es así que las cosas se empiezan a complejizar, camino que se prefiguraba iba a ser así, pero no en la intensidad vivida.

Para llegar al poder, y según la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos de América (EEUU), Allende tuvo apoyo económico de Cuba y la Unión Soviética, pero sin duda  hubo injerencia de la misma CIA por montos seguro mayores.

La gestión nacionalista anticapitalista

Al acceder al poder los principios socialistas no desaparecieron, procediendo a la nacionalización de las áreas clave de la economía. Principalmente nacionalizar el cobre fue una de las acciones más importantes de ese país, dejando en evidencia las utilidades excesivas que ganaban las empresas mineras y reduciendo esa ganancia a un módico 10%. En ese momento Chile fue el primer productor mundial de cobre. Por otro lado, Allende

aceleró la reforma agraria para que el acceso al trabajo y a la producción de los alimentos sea más equitativa, dando un sentido de tranquilidad en la gente, con ello aumentó el salario de los trabajadores y se congeló además los precios de las mercancías.

Se buscaba la reactivación económica y la redistribución de la riqueza. Es aquí donde probablemente ese 63.4% ya empezó a ver mal las acciones de Allende, siendo una molestia para los grupos económicos de poder.

Luego de que las acciones del gobierno de Allende se hicieron conocer en el mundo, es cuando el gobierno estadounidense empieza a desarrollar una ofensiva con la finalidad de desestabilizarlo. Desde el punto de vista capitalista se busca que exista libre competencia, pero en este caso, para el propio Nixon, competir no era su objetivo sino imponer y derrocar la idea del surgimiento socialista en Sudamérica. Esto no era nada bueno en época de guerra fría y en momentos en que las dos más grandes potencias de ese momento buscaban establecerse como las mejores, lo que en este caso se evidenciaba con el beneficio económico y las ventajas sociales que realizaba el gobierno de Allende para con los más necesitados. Mala propaganda para el imperio que en su propio continente puedan pasar semejantes “aberraciones” como modelos económicos sociales no aceptados por ellos. Nixon y Kissinger empiezan el boicot negando créditos externos.

Allende busca ayuda con la antigua Unión Soviética, China y los países de Europa del Este, existiendo esta participación, pero siendo mucho menor que la esperada por el presidente chileno. El contexto político internacional del momento era difícil y Chile dejó de estar alineado con los EEUU, se estableció relaciones diplomáticas y comerciales con otros países buscando aumentar su presencia. Además, internamente las cosas no se encontraban tan tranquilas: la idea revolucionaria seguía viva y en algunos casos la paciencia demostrada por Allende para obtener objetivos no era del todo agradable para movimientos de extrema izquierda quienes utilizaban la violencia como medio de alcanzar objetivos; en este caso se encontraba Vanguardia Organizada del Pueblo (VOP) y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), quienes participaron en eventos de violencia como “retenciones”, tomas de tierras y fábricas. Como no se podía tolerar este tipo de violencia, existió la respuesta de la extrema derecha en los mismos términos con el grupo Patria y Libertad.

La oposición se alimentaba por la CIA ocupando los medios de comunicación como El Mercurio, La Segunda, La Tercera, Las Últimas Noticias, La Prensa de Santiago, entre otros, que siempre fue el primer recurso para desinformar y convencer a la gente de lo que deseaba la oposición, atacando al gobierno de Allende.

El derrocamiento de Allende con ayuda de la CIA

El desequilibrio económico orquestado desde la CIA tuvo buena aceptación por parte de la sociedad conservadora de este país, siendo parte de la ayuda para el desabastecimiento de la localidad en algunos casos, y llenando bodegas de productos por parte de ciertos barrios para con ello agudizar la sensación de falta de recursos en barrios populares. Esto lógicamente logra cambiar el pensamiento de la gente y los ideales se pierden: cuando la gente pierde su base de alimentación o necesidades básicas en la pirámide de Maslow, no se preocupa por el principio social o de trascendencia. Comer siempre será lo principal y tratar de lograr que una idea pueda alcanzar su pragmatismo con hambre fue, es y será tarea compleja. Se combatió el desabastecimiento por medio de las Juntas de Abastecimiento y Precios, pero esto en ocasiones la medida fue ineficaz como consecuencia del acaparamiento.

La inflación se disparó en 1972, la deuda externa aumentó a US$253 M y la aprobación de Allende fue cayendo desde 64.1%, en abril de 1972, hasta el 49.6%, en febrero de 1973. Si se revisa estos datos, su popularidad era muy alta comparada con algunos de los últimos gobiernos de nuestro país.

Esta popularidad, desde mi óptica, se sostuvo gracias al trabajo realizado sobre los más necesitados, la clase media y baja, y con ello la idea de que se puede mejorar la forma de vivir en sociedad. Pero la dependencia del cobre a nivel internacional y la caída abrupta de su precio, cambiaron las cosas.

En marzo del 73 a pesar de que se intentaba destituir a Allende con los dos tercios del congreso, no se logró porque la UP alcanzó el 43.5% de los puestos en el legislativo.

La oposición no llegó a acuerdos con el Partido Socialista. El resto de poderes políticos buscó obtener presencia en el gobierno lo que no dejó Allende que ocurra, y eso agudizó la situación.

La violencia en las calles surgió. Las huelgas se presentaron, hubo opacos asesinatos de militares, se pidió a las tropas la desobediencia, los alimentos quedaban solo para pocos días, hasta que el golpe de Estado se ejecutó por casi toda la Armada y Aviación.

El ejército estaba dividido, Pinochet era el segundo luego de Prats, Allende confiaba en Pinochet, y éste, a última hora, cambió de bando. Se produjo el golpe y lo que pasó ya no es nuevo ni necesario de rememorar con detalles: Allende pidió por medio de Radio Magallanes que el pueblo no salga a las calles porque era obvio que iba a ser una masacre, y que al final él era responsable de lo que estaba pasando, y lo asumió como tal.

Fue encontrado muerto y la versión oficial indica que se suicidó con su fusil AK-47, mientras que otros, con versiones de algunos testigos, defienden que lo asesinaron.

Al final fue el último que se quedó en La Moneda, y de ello hay muchas versiones que confluyen en lo mismo: no se iba a retirar del poder, aunque eso implique morir.

Lo que nos queda en el recuerdo de Allende

Son 50 años desde que ocurrió el golpe militar y la conmoción sigue gravitando en la sociedad chilena. Al menos esa fue mi experiencia con amistades de este hermoso país con quienes pude compartir algunos años. El problema luego de estos 50 años ha sido los sentidos que se dan a la historia. Conocemos que el proceso luego de la toma del poder por Pinochet, empezó con la persecución de toda persona que fuera adherente a la izquierda, la mayoría asesinados, y lanzados al Mapocho en las mañanas, como claro ejemplo de cómo uno no debe pensar. Otros terminaron desaparecidos, muchos presos y exiliados algunos, como el caso Quilapayún, hasta Inti Illimani, de donde nacieron canciones muy conocidas.

Para muchos fue gran ejemplo lo pasado en el Estadio Nacional con el asesinato de Víctor Jara y el odio que producía para la dictadura la expresión de sus emociones, sentimientos y deseo de justicia por medio de una canción.

Allende es el mejor ejemplo del socialismo pacífico en su búsqueda de acceso al poder por medios democráticos. En nuestro país, es el Partido Socialista el espacio político que más recuerda y rescata el paso de Allende por el gobierno chileno.

Su legado establece que las formas de llegar a ser gobierno estarán llenas de problemas, que no será fácil el camino hacia un progreso con redistribución y justicia, y que los problemas no se pueden aplacar por medios violentos: la comunicación, las alianzas y la explicación de a dónde se desea llegar, siempre será la mejor opción. Para ello es importante que se tenga una conciencia clara de lo que se desea hacer, de a dónde se quiere llegar, y de los caminos para hacerlo. Mucha gente ahora tiene acceso a múltiples herramientas en la era digital, tienen mucha información, pero no saben cómo utilizarla, no entiende cómo digerirla y peor definirla.

Llegar a ser gobierno con una sociedad que no está preparada para ello es la primera barrera, pero existen otra más fuerte, y fue la que la vivió Allende: el contexto internacional jugó mucho en la balanza para que la idea de un gobierno socialista sea un buen ejemplo a nivel mundial, y con ello se le podía dar mucho valor a la forma de vida oriental versus la occidental, pero Nixon jugó su agencia, y el resultado fue el opuesto. Muchos probablemente no verán en detalle lo que ocurrió y ni siquiera les importará, otros serán simplistas para decir que solo por el hecho de que Allende sea socialista, ya estaba predestinado al fracaso, pero pocos comprenderán que la lucha por un Estado de bienestar es un proceso muy largo, lleno de pensamiento y análisis, de decisión en colectivo y de lucha ciudadana, de convivencia social y de pensamiento comunitario. Sin estos ingredientes, a pesar de tener las mejores condiciones sociales o el mejor contexto, no se llegará a buen puerto. En la unión está la fuerza y en la diversidad las soluciones para el bienestar y la justicia.

“Colocado en el tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo, y les digo que tengan la certeza de que la semilla que entregamos a la conciencia de miles de chilenos, no podrá ser cegada definitivamente… Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas, por donde pasará el hombre libre para construir una sociedad mejor. ¡Viva Chile, viva el pueblo, vivan los trabajadores!”. Salvador Allende, 11 de septiembre de 1973.

Doctor (PhD) en Ciencias de la Ingeniería Eléctrica en Procesamiento Digital de Señales, enfocado en imágenes de Resonancia Magnética, aplicadas a perfusión del hígado y medición de oxígeno por cerebro. Sus estudios superiores los realizó en Chile. En su rama de investigación, ha sido ponente internacional en ciudades como Milán, Longbeach y Londres. Fue profesor en la Universidad Técnica Particular de Loja, en la Universidad Nacional de Loja, y también, como director de trabajos de titulación en la Maestría de Neuropsicología de la Universidad del Azuay. Se desempeña como Físico Médico y Coordinador del Departamento de Radioterapia y Medicina Nuclear y Líder de la Unidad de Protección Radiológica del Hospital de SOLCA Núcleo de Loja. Tiene tres libros publicados, uno de ellos sobre política: “Socialismo: de la teoría a lo posible, de las ideas a los hechos”. Fue candidato en las últimas elecciones a concejal alterno por el distrito Sur del cantón Loja por el PSE.

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