Lisseth Loor Pita
El poder para las mujeres: una deuda histórica de los gobiernos parroquiales, municipales y provinciales.
En el 2023 aún las mujeres esperamos ser reconocidas como actoras políticas. Seguimos esforzándonos el doble por ocupar puestos de participación y representatividad.
Cada avance obtenido ha representado una lucha de varios años, impulsando batallas y conquistas que la historia nos ha negado. Para estas elecciones seccionales 2023, las mujeres hemos logrado ocupar un casillero en las papeletas electorales, algunas siendo las únicas en aspirar a prefecturas y alcaldías.
Ecuador aprobó las reformas al Código de la Democracia donde se estableció el requisito de que para estas elecciones encabecen en las listas el 30% de mujeres.
El crecimiento de participación política de las mujeres ha sido de manera marginal. En las elecciones seccionales del 2019 solo 18 mujeres fueron electas alcaldesas, contraste con 203 hombres alcaldes, es decir, solo el 14,3% de las alcaldías es ocupada por mujeres.
¿Cuándo realmente nos sentiremos representadas en nuestros gobiernos parroquiales, locales y provinciales?
Los movimientos de mujeres y feministas celebran la participación de la mujer en política, sin embargo, debemos reconocer que aceptar una candidatura muchas veces conlleva a pactos o sostener ideas que no representan un avance en la lucha de los derechos de las mujeres.
Lamentablemente los discursos y propuestas de algunas mujeres se han hecho para encajar en el mundo político de hombres. A pesar de que, las demandas de las mujeres son claras, los planes de gobierno en su mayoría no contemplan políticas públicas con enfoque de género y las propuestas sobre la violencia de género, educación sexual, mal nutrición infantil, trabajo de cuidados, economía violeta, acoso callejero, entre otros quedan invisibilizadas para el gobierno más cercano.
Uno de los mayores desafíos es que a las mujeres en política, no solo se nos critica las propuestas o discursos, sino también nuestra forma de vestir e incluso algunos aspectos de nuestra vida personal. A la sociedad, medios de comunicación y otros políticos le importa más si la candidata mujer cumple con algunos estereotipos que alimentan el machismo y la violencia política.
Es fácil para el hombre hacer política, hablar en nombre de las mujeres y sobre sus necesidades, como lo han hecho a través de la historia. Un discurso feminista por la lucha de la igualdad ha sido la tendencia para los hombres, previó a las elecciones secciónales 2023, incluso si algunos de ellos antes de su candidatura tuvieron denuncias por violencia de género o falta de pago de la manutención de sus hijos. Sin embargo, ¿cuántos de estos candidatos realmente han trabajado por la igualdad de género?
No podemos retroceder
Recuerdo que cuando era niña la primera lona política que vi de una mujer fue de Cynthia Viteri, en ese momento recuerdo preguntar a mi padre que significaba. Él me explicó que era una mujer que aspiraba a la presidencia del Ecuador. Yo que en ese momento no entendía nada de Política, recuerdo pensar ojalá gane para que todas las mujeres ganemos y con una emoción en mis ojos.
Ecuador no ha tenido ninguna presidenta mujer que haya ganado en las urnas. En 72 años solo 8 mujeres han aspirado la presidencia de Ecuador.
Una figura como Cynthia Viteri, actual alcaldesa y aspirante a la reelección para la alcaldía de Guayaquil, para mi representa la gran resistencia de las mujeres dentro de partidos y sociedades machistas, sin duda alguna, es una política cuestionada por su administración municipal, pero medios de comunicación, políticos y ciudadanía más de una vez han criticado sus decisiones personales: su estado civil, su forma de vestir, su decisión de ser madre, sus discursos alentadores a la sexualidad de las mujeres y sus tatuajes. Cynthia nos ha enseñado a resistir a través de los años, fue la primera mujer de su partido que aspiro a la presidencia.
En la universidad tuve la oportunidad de conocer a varias mujeres políticas: una de ellas: Susana González, actual candidata a la prefectura del Guayas, recuerdo haber tenido conversaciones sobre la importancia de la violencia de género, la gestión pública y el bienestar animal. Sin embargo, en la mayoría de entrevistas que le han hecho a Susana le cuestionan el no tener hijos.
Desde mi profesión he conocido el trabajo y trayectoria de Mayra Perero, actual candidata a la alcaldía de Portoviejo. Una mujer que ayudó a varias niñas desde la salud y mujeres desde un centro de cuidados de infancia hace más de 30 años. Mayra quien tiene 63 años de edad en toda su vida ha trabajado pesando en la gente. Ahora en varios medios de comunicación la critican por su edad, yo les podría asegurar que es una mujer con energía, capacidad, transparencia y amor por Portoviejo.
Cindy Solórzano, una joven que aspira la alcaldía de Chone, uno de los seis cantones del Ecuador más violentos con las mujeres. Y la única que en el debate mencionó la correlación del feminicidio en la violencia y la inseguridad del cantón.
En mi vida personal conozco a Marcela Macías, aspirante a la alcaldía de Tosagua, su compromiso por la gente y el desarrollo de Tosagua. Ocupando una concejalía en el periodo 2005- 2009, donde la violencia política hacia ella la llevó a grabar todas las sesiones de concejo, sin mencionar los muchos comentarios que afectaron a su familia. Marcela tiene un corazón de oro, tiene una visión humana en la gestión y tiene la capacidad de brindar oportunidades, especialmente, al sector agrícola.
Vivimos en una sociedad que piensa que un hombre con 70 años tendría experiencia para un cargo público; que a un hombre soltero, viudo o divorciado nunca lo cuestionarían o dudarían de su capacidad, que un hombre con muchos hijos o sin hijos no interferiría en su participación. Si un hombre tiene tatuajes, usa el mismo traje todos los días o cambiaría su corte cabello, no es controversia o tema de críticas para las agendas mediáticas y factores decisivos para un voto.
Este modelo debería ser ideal para la política. No deberíamos ser juzgadas por nuestra apariencia, género, sexualidad, identidad, edad, ni cosas tan triviales como la vestimenta. Sino por nuestro conocimiento, capacidad de gestión y honestidad.
Para un hombre una característica se convierte en una fortaleza y para nosotras las mujeres sería una debilidad.
Hoy les digo a todas las mujeres en política, los pasos que están dando son gigantes. Ustedes son la inspiración de muchas niñas y mujeres. Hoy que tenemos grandes avances para la lucha feminista NO PODEMOS RETROCEDER.
Ustedes son las que están abriendo paso para esas generaciones que piensan en el trabajo de cuidados, la erradicación de la violencia, igualdad de oportunidades, seguridad, salud, educación y otros.
Deben exigir que los gobiernos garanticen a las mujeres del Ecuador la dignidad con políticas públicas que promuevan el desarrollo y la calidad de vida.
¡No nos defrauden!
Politóloga, internacionalista y activista feminista, en especial por los derechos sexuales y reproductivos. Con experiencia en coordinación de proyectos sociales, inclusión. asistencia humanitaria e igualdad de género.